El gemido se convierte en oración

Sabemos que el Señor no se complace con quejas ni gruñidos. Esa fue la lección que la primera generación de Israelitas que habían sido liberados de Egipto aprendieron en desierto. Nuestro gemir, a medida que pasamos por pruebas y aflicciones, debe ir más allá del tipo de clamor manifiesto en la creación completa el cual busca liberación y ayuda en medio de ansiedad. Sabemos que el Espíritu Santo ayuda nuestras debilidades. Nuestros sufrimientos no se convierten en mucho para nosotros porque el Espíritu Santo es nuestra ayuda. Él nos ayuda tomando nuestros dolores de parto y sufrimientos, expresados a través de nuestro gemir, y convirtiéndolos en oración. Este es un trabajo increíble del Espíritu Santo!

Nuestros sufrimientos son parte de la voluntad de Dios para nuestras vidas porque pertenecen a los padecimientos de Cristo. Se han convertido en efectivos dolores de nacimiento que hacen parte del gemir e intercesión del Espíritu por nosotros. De esta forma, el Espíritu Santo se une a nosotros en nuestro sufrimiento y comienza a laborar en nosotros y con nosotros. Cristo escucha nuestros gemidos en el Espíritu, los cuales ahora son ”indecibles”, por la capacidad intercesora de la oración del Espíritu Santo, y le pide al Padre qué cause que todo lo que nos está pasando coopere para nuestro bien. Esto significa que nuestro sufrimiento está produciendo para nosotros un eterno peso de gloria.

Es importante que aceptemos el propósito del sufrimiento que soportamos en nuestra mortalidad durante la labor de parto. Encontramos paz cuando acogemos el proceso que está preparándonos para una mejor resurrección. Una mejor resurrección infiere una vida inmortal. Somos nacidos dentro de esta vida a medida que morimos a la mortalidad, somos cambiados por el poder de Resurrección y nacidos como hijos inmortales de Dios. Cuando los hijos de Dios sean traídos a la inmortalidad, el sufrimiento y las labores de parto cesarán de ser parte de la creación, pues no habrá necesidad de ellas en el nuevo cielo y la nueva tierra.

Estudio: 2 Corintios 5

Referencias

1Co 10:5-11 Sin embargo, Dios no se agradó de la mayor parte de ellos, y por eso quedaron tendidos en el desierto. (6) Estas cosas sucedieron como ejemplo para nosotros, a fin de que no codiciemos lo malo, como ellos lo codiciaron. (7) No sean, pues, idólatras, como fueron algunos de ellos, según está escrito: “EL PUEBLO SE SENTO A COMER Y A BEBER, Y SE LEVANTO A JUGAR.” (8) Ni forniquemos, como algunos de ellos fornicaron, y en un día cayeron veintitrés mil. (9) Ni provoquemos al Señor, como algunos de ellos Lo provocaron, y fueron destruidos por las serpientes. (10) Ni murmuren, como algunos de ellos murmuraron, y fueron destruidos por el destructor. (11) Estas cosas les sucedieron como ejemplo, y fueron escritas como enseñanza para nosotros, para quienes ha llegado el fin de los siglos.

Rom 8:18, 26-27 Pues considero que los sufrimientos de este tiempo presente no son dignos de ser comparados con la gloria que nos ha de ser revelada. (26) De la misma manera, también el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad. No sabemos orar como debiéramos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles. (27) Y Aquél que escudriña los corazones sabe cuál es el sentir del Espíritu, porque El intercede por los santos conforme a la voluntad de Dios.

2Co 4:17 Pues esta aflicción leve y pasajera nos produce un eterno peso de gloria que sobrepasa toda comparación,

1Pe 4:19 Así que los que sufren conforme a la voluntad de Dios, encomienden sus almas al fiel Creador, haciendo el bien.

Heb 11:35 Las mujeres recibieron a sus muertos mediante la resurrección. Otros fueron torturados, no aceptando su liberación a fin de obtener una mejor resurrección.

Apo 21:3-4 Entonces oí una gran voz que decía desde el trono: “El tabernáculo de Dios está entre los hombres, y El habitará entre ellos y ellos serán Su pueblo, y Dios mismo estará entre ellos (4) “El enjugará toda lágrima de sus ojos, y ya no habrá muerte, ni habrá más duelo, ni clamor, ni dolor, porque las primeras cosas han pasado.”