La circuncisión de Cristo
El cuarto tipo de sufrimiento que fue revelado por Cristo fue el resultado de Su circuncisión a manos del Padre, el cual soportó para tratar la iniquidad de la humanidad que se origina en la otra ley, la que a su vez es la ley de las motivaciones religiosas iniciadas y centradas en uno mismo. Sabemos que Jesucristo no necesitaba personalmente una circuncisión para lidiar con la otra ley. Él no tenía otra ley en Su carne. Sin embargo, cuando el Padre lo hizo nuestra ofrenda de pecado y a medida que Él se ofreció a Dios como nuestro Sumo Sacerdote, fué tentado en todos los aspectos, igual que nosotros, para desviarlo de la obediencia. Como nuestro Sumo Sacerdote, Él venció en oración por el poder del Espíritu Eterno y Su confesión al Padre fue “No se haga Mi voluntad sino la Tuya”.
Cristo, como Sumo Sacerdote, demostró completa obediencia a medida que se entregó a Sí mismo por nosotros y luego se dió como ofrenda a las circunstancias contradictorias del sufrimiento absoluto. La causa de Su sufrimiento fue el efecto del pecado y también el juicio de Dios quien puso toda Su ira sobre Él. Jesús fue enviado como una propiciación, esto es, como apacigüamiento, a medida que soportó siete heridas por nosotros, haciendo que de esta manera Su castigo fuera completo. Como nuestro obediente sacerdote y, a través del rocio de las siete heridas con Su propia sangre, nos redimió de nuestras iniquidades, pagó la penalidad de nuestro pecado, y ahora nos puede liberar del poder de la otra ley que nos controla.
Su sufrimiento y muerte fueron una circuncisión desde el jardín de Getsemaní hasta que Él clamó y declaró que Su obra estaba consumada. Pablo llamó a este proceso, “la circuncisión de Cristo”. Es importante notar que el efecto de la circuncisión de Cristo no es sólo la remoción de la otra ley de nuestra carne sino que también, a través de Su sangre, nos está incluyendo en el Pacto Eterno como hijos de Dios quiénes hemos sido nacidos del Espíritu.
Estudio: Hebreos 9
Referencias
Rom 7:23 pero veo otra ley en los miembros de mi cuerpo que hace guerra contra la ley de mi mente, y me hace prisionero de la ley del pecado que está en mis miembros.
Heb 2:17-18 Por tanto, tenía que ser hecho semejante a Sus hermanos en todo, a fin de que llegara a ser un sumo sacerdote misericordioso y fiel en las cosas que a Dios atañen, para hacer propiciación por los pecados del pueblo.
Heb 5:5-9 De la misma manera, Cristo no se glorificó a El mismo para hacerse Sumo Sacerdote, sino que Lo glorificó el que Le dijo: “HIJO MIO ERES TU, YO TE HE ENGENDRADO HOY;” (6) como también dice en otro pasaje: “TU ERES SACERDOTE PARA SIEMPRE SEGUN EL ORDEN DE MELQUISEDEC.” (7) Cristo, en los días de Su carne, habiendo ofrecido oraciones y súplicas con gran clamor y lágrimas al que Lo podía librar de la muerte, fue oído a causa de Su temor reverente. (8) Aunque era Hijo, aprendió obediencia por lo que padeció; (9) y habiendo sido hecho perfecto, vino a ser fuente (autor) de eterna salvación para todos los que Le obedecen,
Luk 22:42 diciendo: “Padre, si es Tu voluntad, aparta de Mí esta copa; pero no se haga Mi voluntad, sino la Tuya.”
Col 2:11 También en El ustedes fueron circuncidados con una circuncisión no hecha por manos, al quitar el cuerpo de la carne mediante la circuncisión de Cristo;
Heb 10:5-7 Por lo cual, al entrar Cristo en el mundo, dice: “SACRIFICIO Y OFRENDA NO HAS QUERIDO, PERO UN CUERPO HAS PREPARADO PARA MI; (6) EN HOLOCAUSTOS Y sacrificios POR EL PECADO NO TE HAS COMPLACIDO. (7) ENTONCES DIJE: ‘AQUI ESTOY, YO HE VENIDO (EN EL ROLLO DEL LIBRO ESTA ESCRITO DE MI) PARA HACER, OH DIOS, TU VOLUNTAD.'”