El ser viviente semejante a un hombre representa el ministerio del don de ascención de la enseñanza. Históricamente, la cara del hombre ha sido asociada con el ministerio profético. Sin embargo, el ministerio profético está mejor alineado con la cara del buey o becerro. Los maestros articularán la palabra de la verdad presente e instruirán a los discípulos en la cultura de la sana doctrina. Llamarán a todos los creyentes a someterse al señorío de Cristo y a convertirse en sus discípulos. Recordamos las palabras de Jesús: “Si ustedes permanecen en Mi Palabra, verdaderamente son Mis discípulos”. El ministerio de los maestros para la edificación producirá a aquellos que tienen el oído de un discípulo, y quienes luego se convierten en maestros con la lengua de un discípulo. Es decir, aquellos con gracia de enseñanza entrenarán y equiparán discípulos en la palabra de Cristo para que estos a su vez puedan enseñar y discipular a otros. La evidencia de una administración de la enseñanza eficaz se reflejará en el programa público de la iglesia y en una comunión vibrante de la palabra de casa en casa.
El ministerio de Apolos provee un ejemplo particularmente útil de la obra de un maestro para la edificación. Lucas lo describió como un hombre elocuente y poderoso en las Escrituras. Es importante destacar que Apolo era alguien a quién se le podía hablar fácilmente. Él recibió instrucción de Aquila y Priscila, quienes le explicaron el camino de Dios con mayor exactitud. Posteriormente, se convirtió en una gran ayuda para los discípulos que habían creído por gracia. El hecho de que Pablo comparó el ministerio de Apolos con el riego de una semilla que ya había sido plantada es significativo. Él escribió, “Yo planté, Apolos regó, pero Dios ha dado el crecimiento”. El ministerio de enseñanza es asemejado en las Escrituras a la lluvia y al rocío del cielo que traen descanso y refrescan.
Estudio: Hechos 18
Referencias
Jua 8:31 Entonces Jesús decía a los Judíos que habían creído en El: “Si ustedes permanecen en Mi palabra, verdaderamente son Mis discípulos;
Isa 50: 4 El Señor DIOS Me ha dado lengua de discípulo, Para que Yo sepa sostener con una palabra al fatigado. Mañana tras mañana Me despierta, Despierta Mi oído para escuchar como los discípulos.
2Ti 2: 2 Y lo que has oído de mí en la presencia de muchos testigos, eso encarga (confía) a hombres fieles que sean capaces de enseñar también a otros.
1Co 3: 6 Yo planté, Apolos regó, pero Dios ha dado el crecimiento.
Deu 32: 2 Caiga como la lluvia mi enseñanza, Y destile como el rocío mi discurso, Como llovizna sobre el verde prado Y como aguacero sobre la hierba.
Isa 28:12 Al cual había dicho: “Aquí hay reposo, den reposo al cansado;” Y: “Aquí hay descanso.” Pero no quisieron escuchar.