Fe sincera

Fe sincera

Jesús dijo que un árbol es conocido por su fruto. La condición espiritual de una persona no depende de su comprensión de los conceptos teológicos, ni de sus muchos esfuerzos bien intencionados, sino de su capacidad para reunirse y ser recibidos por sus hermanos en un solo Espíritu. Una persona que tiene dificultad para reunirse con los demás o que es difícil de acercársele relacionalmente, no camina según el Espíritu. La forma en que se relacionan con los demás será instintivamente estratégica, ya que buscan a los demás para que afirmen la imagen que tienen de sí mismos. Este complejo modo de vivir y relacionarse es carnal y fraudulento. Es una alternativa a el vivir y relacionarse con los demás en una fe sincera.

Una persona que ha recibido la fe de Dios deja de vivir con un espíritu de temor. Porque confían en su Padre, son capaces de confiar y conversar abiertamente con sus hermanos y hermanas en Cristo. Esta es la simplicidad infantil que Jesús dijo que era necesaria para recibir y entrar en el reino de los cielos. Específicamente, Él dijo: “En verdad les digo que si no se convierten (se vuelven de vivir en cautiverio al temor) y se hacen como niños, no entrarán en el reino de los cielos”. Hacerse como un niño pequeño es clamar, ‘¡Abba! ¡Padre!’, en un espíritu de adopción.

Pablo estaba testificando de esta simplicidad cuando escribió: “nuestra satisfacción es esta: el testimonio de nuestra conciencia que en la santidad y en la sinceridad que viene de Dios, no en sabiduría carnal sino en la gracia de Dios [talentos], nos hemos conducido [literal: hemos conversado] en el mundo y especialmente hacia ustedes”. Su fe era evidente porque se presentaban a sí mismos para la comunión según su santificación. A partir de esta comunión de, o participación en, ofrenda, surgía la capacidad de ministrar la gracia de Dios a los demás. 

Estudio: 1 Juan 4                            

Referencias                                                        

Mat 12: 33 “¡Camada de víboras! ¿Cómo pueden hablar cosas buenas siendo malos? Porque de la abundancia del corazón habla la boca.

1Co 12: 13 Pues por un mismo Espíritu todos fuimos bautizados en un solo cuerpo, ya Judíos o Griegos, ya esclavos o libres. A todos se nos dio a beber del mismo Espíritu.

1Ti 1:5- 7  Pero el propósito (la meta) de nuestra instrucción (nuestro mandamiento) es el amor nacido de un corazón puro, de una buena conciencia y de una fe sincera.  (6)  Pues algunos, desviándose de estas cosas, se han apartado hacia una vana palabrería.  (7)  Quieren ser maestros de la Ley, aunque no saben lo que dicen ni entienden las cosas acerca de las cuales hacen declaraciones categóricas.

Mat 18: 3 y dijo: “En verdad les digo que si no se convierten y se hacen como niños, no entrarán en el reino de los cielos.

2Co 1: 12  Porque nuestra satisfacción es ésta: el testimonio de nuestra conciencia que en la santidad y en la sinceridad que viene de Dios, no en sabiduría carnal sino en la gracia de Dios, nos hemos conducido en el mundo y especialmente hacia ustedes.  

Rom 8: 15 Pues ustedes no han recibido un espíritu de esclavitud para volver otra vez al temor, sino que han recibido un espíritu de adopción como hijos, por lo cual clamamos: “¡Abba, Padre!”

By | 2017-12-19T14:54:32+10:00 December 19th, 2017|Daily Devotions|Comments Off on Fe sincera