En su carta a los Romanos, Pablo describió el tipo de persona que deliberadamente suprime la influencia de la palabra de Dios en sus percepciones del bien y el mal. Isaías dijo que estas personas llaman al mal “bien” y al bien “mal”; sustituyen la oscuridad por la luz y la luz por la oscuridad; y son sabios en sus propios ojos e inteligentes a su propia vista. El resultado de esta supresión de la verdad es la impiedad. Estas personas descaradamente se involucran en comportamientos que son inmorales y, aún así, consideran que sus acciones son aceptables. A medida que desfilan su desnudez y animan a otros a seguir su ejemplo, estos comportamientos y actitudes se normalizan en la sociedad a través de ingeniería social.
Los diversos excesos y las conductas arriesgadas de estas personas impías son retratados como placer inofensivo. Por este medio, los impíos intentan demostrar que no tienen miedo a la muerte ni se avergüenzan de su desnudez. En realidad, sin embargo, su jactancia cínica y coraje impío es simplemente un intento de disfrazar su miedo a través del orgullo o el libertinaje. Este comportamiento es un rechazo deliberado y engañoso de la verdad de Dios por una persona caída, que intenta favorecer la mentira de que su desnudez no es vergonzosa. Su comportamiento orgulloso y desvergonzado se debe a que Dios los entregó a una mente depravada.
Esta era la condición de la humanidad en los días de Noé. Excepto por Noé y su familia, toda la humanidad se había degenerado de la condición pecaminosa de la caída, a un estado de impiedad. Las intenciones de su corazón eran malvadas continuamente. En consecuencia, el Señor lamentó haber hecho al hombre y proclamó el fin de toda carne. Jesús enseñó que, a medida que se acerca el tiempo del fin, los estándares morales de la sociedad se deteriorarán al mismo nivel que en los días de Noé.
Estudio: Romanos 1
Referencias
Isa 5:20-21 ¡Ay de los que llaman al mal bien y al bien mal, Que tienen las tinieblas por luz y la luz por tinieblas, Que tienen lo amargo por dulce y lo dulce por amargo! (21) ¡Ay de los sabios a sus propios ojos E inteligentes ante sí mismos!
Heb 11:7 Por la fe Noé, siendo advertido por Dios acerca de cosas que aún no se veían, con temor reverente preparó un arca para la salvación de su casa, por la cual condenó al mundo, y llegó a ser heredero de la justicia que es según la fe.
Gen 6:5,13 El SEÑOR vio que era mucha la maldad de los hombres en la tierra, y que toda intención de los pensamientos de su corazón era sólo hacer siempre el mal. (13) Entonces Dios dijo a Noé: “He decidido poner fin a toda carne, porque la tierra está llena de violencia por causa de ellos; por eso voy a destruirlos junto con la tierra.
Luc 17:26 “Tal como ocurrió en los días de Noé, así será también en los días del Hijo del Hombre.