Adán y Eva cayeron de la imagen y semejanza de Dios cuando buscaron convertirse en la fuente de su propia imagen y destino, y comieron el fruto del árbol del conocimiento del bien y del mal. La consecuencia de la desobediencia de Adán fue que este fruto se convirtió en otra ley dentro de la humanidad, haciéndolo prisionero de la ley del pecado. Esta otra ley ahora motiva a cada persona a buscar una imagen de su propia creación e intentar definir su propio destino. Vivir según este principio es la razón por la cual la humanidad permanece separada de Dios y esclava del miedo a la muerte.
Cuando una persona nace desde arriba y se bautiza en Cristo, se restaura al plan de Dios para ella. Es elevada a lugares celestiales. Este es el contexto del primer amor, el cual define la naturaleza de su comunión con el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, y con sus hermanos en Cristo. Un cristiano cae del primer amor cuando elige vivir según el principio de la otra ley en lugar de vivir por la palabra de Dios que procede de Su boca, a través de Su administración. Es importante destacar que cada cristiano adoptará este modo de vida de manera predeterminada si no está involucrado en un proceso mediante el cual la otra ley puede ser removida.
El Señor mismo está llamando a cada cristiano a arrepentirse y a regresar al primer amor como el contexto y la base de sus vidas. La evidencia de que estamos volviendo al primer amor es nuestra capacidad de adorar. Esto implica presentarnos por fe y de acuerdo con nuestro nombre como hijo de Dios, para la comunión y la ofrenda en el cuerpo de Cristo. La adoración requiere que conozcamos a Dios, que sepamos a qué nos llamó y que nos conozcamos el uno al otro en el cuerpo de Cristo. Esta capacidad no reside en nosotros, así que debemos ser liberados de nuestra forma de vida carnal y capacitados para caminar en el Espíritu.
Estudio: Efesios 5
Referencias
Gen 3:4,6 Y la serpiente dijo a la mujer: “Ciertamente no morirán. (6) Cuando la mujer vio que el árbol era bueno para comer, y que era agradable a los ojos, y que el árbol era deseable para alcanzar sabiduría, tomó de su fruto y comió. También dio a su marido que estaba con ella, y él comió.
Rom 7:22-23 Porque en el hombre interior me deleito con la Ley de Dios, (23) pero veo otra ley en los miembros de mi cuerpo que hace guerra contra la ley de mi mente, y me hace prisionero de la ley del pecado que está en mis miembros.
Heb 2:14-15 Así que, por cuanto los hijos participan de carne y sangre, también Jesús participó de lo mismo, para anular mediante la muerte el poder de aquél que tenía el poder de la muerte, es decir, el diablo, (15) y librar a los que por el temor a la muerte, estaban sujetos a esclavitud durante toda la vida.
Efe 2:4-6 Pero Dios, que es rico en misericordia, por causa del gran amor con que nos amó, (5) aun cuando estábamos muertos en (a causa de) nuestros delitos, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia ustedes han sido salvados), (6) y con El nos resucitó y con El nos sentó en los lugares celestiales en Cristo Jesús,
Sal 19:14 Sean gratas las palabras de mi boca y la meditación de mi corazón delante de Ti, Oh SEÑOR, roca mía y Redentor mío.