El apóstol Pedro enseñó que el bautismo es la petición a Dios de una buena conciencia. No es simplemente un medio para eliminar las consecuencias vergonzosas de las actitudes y comportamientos carnales. Tal preocupación indica una mala conciencia. Una persona con una mala conciencia condena o defiende sus obras sobre la base de su propia deficinión del bien. Esto revela que la otra ley es el principio básico de su vida. Como ya hemos notado, vivir de esta manera solo conduce a más pecado, y trae a una persona bajo la maldición asociada con el juicio de Dios.
Un cristiano se une a Cristo a través del bautismo. Esto lo hace miembro de Su cuerpo. El bautismo también los une a un proceso mediante el cual son liberados del vivir bajo la otra ley que reside en ellos. El bautismo es su punto de entrada en la comunión de la ofrenda y los padecimientos de Cristo como miembro de Su cuerpo. En esta comunión, el pecado permanece muerto dentro de ellos, y la otra ley se retira progresivamente de sus vidas. No sólo esto sino que además, la vida de Cristo, que estaba en Su sangre y fue derramada mientras sufría en la cruz, se les da como su vida. Esto permite que un hijo de Dios viva por la vida de Cristo, en vez de por sus propias motivaciones carnales.
La sangre de Cristo también rocía la conciencia de un cristiano, de modo que ya no opera desde la base del conocimiento del bien o el mal. Esto significa que un cristiano ya no define su propia vida y obras. En cambio, camina en obediencia a la palabra de Dios y Le sirve al hacer las obras que el Padre predestinó para el en Cristo. Esta es su santificación, y los medios por los cuales participa en el cumplimiento de la voluntad de Dios.
Estudio: Romanos 6
Referencias
1Pe 3:21 Y correspondiendo a esto, el bautismo ahora los salva a ustedes, no quitando la suciedad de la carne, sino como una petición a Dios de una buena conciencia, mediante la resurrección de Jesucristo,
Heb 10:22 acerquémonos con corazón sincero (verdadero), en plena certidumbre de fe, teniendo nuestro corazón purificado de mala conciencia y nuestro cuerpo lavado con agua pura.
Lev 17:11 Porque la vida de la carne está en la sangre, y Yo se la he dado a ustedes sobre el altar para hacer expiación por sus almas. Porque es la sangre, por razón de la vida, la que hace expiación.
Gal 2:20 Con Cristo he sido crucificado, y ya no soy yo el que vive, sino que Cristo vive en mí; y la vida que ahora vivo en la carne, la vivo por la fe en el Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.
Efe 2:10 Porque somos hechura Suya, creados en Cristo Jesús para hacer buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviéramos en ellas.
Col 2:11-12 También en El ustedes fueron circuncidados con una circuncisión no hecha por manos, al quitar el cuerpo de la carne mediante la circuncisión de Cristo; (12) habiendo sido sepultados con El en el bautismo, en el cual también han resucitado con El por la fe en la acción del poder de Dios, que Lo resucitó de entre los muertos.