Si una persona permanece como esclava de la doctrina del bautismo, Jesús dijo que conocería la verdad, y que la verdad la haría libre. ¿De qué será libre un hijo de Dios que continúa ateniéndose a la palabra de Cristo? Es la libertad del pecado, de la otra ley, y del engaño que el pecado está forzando sobre ella. Debido a esta libertad, puede conocer y vivir en la verdad. La verdad es su santificación como hijo de Dios. De esta menera, como esclava de la justicia, continúa obteniendo de manera incremental su santificación como hijo de Dios, lo que resulta en la vida eterna.
¿Cómo puede un esclavo presentar ofrenda cuando su obra es exclusivamente revelar a su maestro? Lo que hace la diferencia entre ofrenda y coerción, es el corazón del esclavo en relación con su servicio. La instrucción de Pablo a los esclavos era servir a sus amos con la misma actitud con la que servían a Cristo. Esto se debe a que eran hombres de Cristo, libres. Sin embargo, se habían hecho Sus esclavos de amor. La obra de la ofrenda es una expresión de amor. Su propósito es siempre dar vida a otro, lo que le permite al esclavo vivir y ser revelado. Notamos, entonces, que la paternidad, la hermandad y el ministerio del Espíritu tienen todos del mismo propósito; son de amor.
El punto clave es que si una persona desea tener vida eterna, debe encontrar su santificación. Para encontrar la santificación, debe encontrar la libertad del pecado, el engaño y la otra ley. Para encontrar la libertad, deben someterse a la doctrina a la que su Amigo, Cristo, los entrega. Esta es la doctrina concerniente a Su muerte, sepultura y resurrección. A medida que un hijo de Dios se presenta a sí mismo en santificación, y por fe, para permanecer en esta palabra, aprenden también adoración, relación, comunión y ofrenda. De esta manera, la vida de Cristo se revela en ellos, y de ellos, como una bendición.
Estudio: Gálatas 5
Referencias
Jua 8:31-32 Entonces Jesús decía a los Judíos que habían creído en El: “Si ustedes permanecen en Mi palabra, verdaderamente son Mis discípulos; (32) y conocerán la verdad, y la verdad los hará libres.”
Rom 6:22 Pero ahora, habiendo sido libertados del pecado y hechos siervos de Dios, tienen por su fruto la santificación, y como resultado la vida eterna.
Col 3:22-24 Siervos, obedezcan en todo a sus amos en la tierra, no para ser vistos, como los que quieren agradar a los hombres, sino con sinceridad de corazón, temiendo al Señor. (23) Todo lo que hagan, háganlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres, (24) sabiendo que del Señor recibirán la recompensa de la herencia. Es a Cristo el Señor a quien sirven.
Efe 6:5-6 Siervos, obedezcan a sus amos en la tierra, con temor y temblor, con la sinceridad de su corazón, como a Cristo; (6) no para ser vistos, como los que quieren agradar a los hombres, sino como siervos de Cristo, haciendo de corazón la voluntad de Dios.
1Co 7:22 Porque el que fue llamado por el Señor siendo esclavo, hombre libre es del Señor. De la misma manera, el que fue llamado siendo libre, esclavo es de Cristo.
2Co 3:17-18 Ahora bien, el Señor es el Espíritu; y donde está el Espíritu del Señor, hay libertad. (18) Pero todos nosotros, con el rostro descubierto, contemplando como en un espejo la gloria del Señor, estamos siendo transformados en la misma imagen de gloria en gloria, como por el Señor, el Espíritu.