Cuando un creyente recibe la fe del Hijo de Dios, se convierte en hijo de Abraham y heredero de la promesa de filiación. El Padre les ha acreditado Su justicia y los ve como hijos en Su casa. Aún así, todavía no han madurado a la plenitud de la filiación que Dios predestinó para ellos. Sin embargo, han recibido la fe de Dios para creer y aferrarse a su herencia completa. Esta es la adopción. Aquellos que reciben la adopción por creer en Dios, son bendecidos con Abraham, el creyente.
A lo largo de todo nuestro camino cristiano, debemos seguir prestando atención cuando el Espíritu Santo energiza el espíritu de fe que hemos recibido, y el cuál nos hace clamar: “¡Abba Padre!” Al mismo tiempo, el Espíritu de Cristo dentro de nosotros sigue clamando: “¡Abba Padre!” dando testimonio con nuestro propio espíritu de que somos hijos de Dios. En su carta a los cristianos en Roma, Pablo dijo que tenemos las primicias del Espíritu, pero todavía gemimos en nuestro interior, esperando ansiosamente la adopción, la redención de nuestro cuerpo. Esto significa que aún hay más a lo que debemos aferrarnos, en relación con nuestra filiación.
Seguimos clamando por un espíritu de adopción, porque no hemos alcanzado la plenitud de nuestra madurez como hijos de Dios. Hemos recibido el Espíritu del Hijo el cuál, en nuestro interior, da testimonio de que somos hijos. Sin embargo, la naturaleza divina aún no se ha convertido en nuestra naturaleza. Continuamos clamando para que Cristo se forme en nosotros a través de un proceso de labor de parto. A través del bautismo, nos unimos a la comunión de los sufrimientos de Cristo y tenemos una participación continua en Su labor de parto.
Referencias Estudio : Gálatas 3
Rom 4:10-12 Entonces, ¿cómo le fue contada? ¿Siendo circunciso o incircunciso? No siendo circunciso, sino siendo incircunciso. (11) Abraham recibió la señal de la circuncisión como sello de la justicia de la fe que tenía mientras aún era incircunciso, para que fuera padre de todos los que creen sin ser circuncidados, a fin de que la justicia también se les tome en cuenta a ellos. (12) También Abraham es padre de la circuncisión para aquéllos que no solamente son de la circuncisión, sino que también siguen en los pasos de la fe que tenía nuestro padre Abraham cuando era incircunciso.
Rom 8:22-23 Pues sabemos que la creación entera gime y sufre hasta ahora dolores de parto. (23) Y no sólo ella , sino que también nosotros mismos, que tenemos las primicias del Espíritu, aun nosotros mismos gemimos en nuestro interior, aguardando ansiosamente la adopción como hijos, la redención de nuestro cuerpo.
Gál 4:19 Hijos míos, por quienes de nuevo sufro dolores de parto hasta que Cristo sea formado en ustedes,
Luk 16:16 “La Ley y los Profetas se proclamaron hasta Juan; desde entonces se anuncian las buenas nuevas (el evangelio) del reino de Dios, y todos se esfuerzan por entrar en él.
2Ti 4:7-8 He peleado la buena batalla, he terminado la carrera, he guardado la fe. (8) En el futuro me está reservada la corona de justicia que el Señor, el Juez justo, me entregará en aquel día; y no sólo a mí, sino también a todos los que aman Su venida (manifestación).