Tal vez el mayor desafío al que se enfrentó la iglesia primitiva fue el continuar en el primer amor. ‘Primer amor’ es un término que Jesús usó para dirigirse a la iglesia de Efeso. También amonestó a cada cristiano a escuchar el mismo mensaje. El pensamiento soberano para cada discípulo en cada iglesia de hoy es que Jesús dijo: “Tengo esto en contra de ti, que has dejado tu primer amor”. Él estaba indicando fuertemente que cada persona necesita recuperarse y crecer hasta la madurez en el primer amor.
Jesús continuó hablando a las iglesias, diciendo: “Recuerda, por tanto, de dónde has [como iglesia, es decir, todos] caído; arrepiéntete y haz las obras que hiciste al principio”. Estaba indicando que nos hemos caído, o hemos partido, de un lugar o contexto, y llamó a este contexto “primer amor”. Cuando Pablo escribió a los cristianos de Efeso, se refirió a este contexto de primer amor como “lugares celestiales“. Explicó además que, cuando los hijos de Dios permanecen juntos en Cristo, pueden hacer las buenas obras de filiación que Dios nombró para ellos. Los lugares celestiales son el contexto donde tenemos comunión con el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, y con otros hijos de Dios.
Podemos observar el punto culminante de nuestra vida juntos en Cristo cuando nos reunimos en la mesa de comunión. Allí, podemos comer la carne de Cristo y beber su sangre, recibir la vida eterna y regocijarnos en la promesa de la resurrección. Jesús dijo: ‘El que come Mi carne y bebe Mi sangre permanece en Mí y Yo en él’ . Este es el contexto del primer amor en el que debemos vivir. Para comprender cómo funciona esto, necesitamos ver cómo participamos juntos como congregación de creyentes en la mesa de comunión. También es importante observar cómo nos presentamos para tener comunión en nuestras familias y cómo ministramos la vida de Dios como miembros del cuerpo de Cristo.
Referencias Estudio: 1 Tesalonicenses 4
Apo 2:4-5, 7 “Pero tengo esto contra ti: que has dejado tu primer amor. (5) “Recuerda, por tanto, de dónde has caído y arrepiéntete, y haz las obras que hiciste al principio. Si no, vendré a ti y quitaré tu candelabro de su lugar, si no te arrepientes. (7) “El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. Al vencedor le daré a comer del árbol de la vida, que está en el paraíso de Dios.”
Efe 2:4-7, 10 Pero Dios, que es rico en misericordia, por causa del gran amor con que nos amó, (5) aun cuando estábamos muertos en (a causa de) nuestros delitos, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia ustedes han sido salvados), (6) y con El nos resucitó y con El nos sentó en los lugares celestiales en Cristo Jesús, (7) a fin de poder mostrar en los siglos venideros las sobreabundantes riquezas de Su gracia por Su bondad para con nosotros en Cristo Jesús. (10) Porque somos hechura Suya, creados en Cristo Jesús para hacer buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviéramos en ellas.
Jua 6:54-56 “El que come Mi carne y bebe Mi sangre, tiene vida eterna, y Yo lo resucitaré en el día final. (55) “Porque Mi carne es verdadera comida, y Mi sangre es verdadera bebida. (56) “El que come Mi carne y bebe Mi sangre, permanece en Mí y Yo en él.
Sal 139:16 Tus ojos vieron mi embrión, Y en Tu libro se escribieron todos Los días que me fueron dados, Cuando no existía ni uno solo de ellos.
2Ts 1:3 Siempre tenemos que dar gracias a Dios por ustedes, hermanos, como es justo, porque su fe aumenta grandemente, y el amor de cada uno de ustedes hacia los demás abunda más y más.