Gozo al caer en cuenta

Aunque Pablo ya había sido convertido, bautizado, y lleno del Espíritu Santo, él comenzó a entender lo que significa caminar en el Espíritu. Él dijo que aquellos que no caminan según el Espíritu, en la comunión de la ofrenda y los sufrimientos de Cristo, volverían a caminar según la carne. Seguirán los dictados de la Ley de Dios haciendo uso de iniciativas religiosas basadas en su propia justicia. Gal 3:25. Aquellos que se esfuerzan por guardar la Ley a través de los esfuerzos de la carne todavía no han entendido que las actividades religiosas no funcionan como medio para alcanzar la justicia de Dios. De hecho, si continúan en esta forma de vida religiosa, se hacen enemigos de Dios. Rom 8:78.

La declaración de Pablo: “¡Miserable de mí! ¿Quién me libertará de este cuerpo de muerte?”, comunica su gozo al darse cuenta de que la justicia propia no funciona. Rom 7:24. Este fue un momento de alivio y acción de gracias para Pablo, porque estaba acompañado del entendimiento de que, en la comunión de la ofrenda y el sufrimiento de Cristo, se podía remover el cuerpo de la muerte. Pablo ya no estaría motivado por buenas ideas, o por la ansiosa búsqueda de su propia justicia. Ahora estaba comprometido a continuar en la comunión de la ofrenda de Cristo, y a seguir la guía del Espíritu Santo, quien era la expresión de su nombre e identidad.

Pablo entendió que, en esta comunión, Dios se complacía en revelar a Su Hijo en él para que predicara a Cristo a los Gentiles. Gál 1:15-16. La maravilla y las implicaciones de esta revelación asombraron a Pablo. Fue a Arabia y Damasco antes de discutir esta revelación con alguien más. Podemos imaginar a Pablo orando durante este tiempo, escudriñando las Escrituras y contando el costo del llamado de Dios sobre su vida. Tres años más tarde, Pablo fue a Jerusalén y compartió su revelación con el apóstol Pedro, y con Santiago, el hermano del Señor. Gal 1:18.

Estudio: Romanos 7

Gál 3:2-5 Esto es lo único que quiero averiguar (aprender) de ustedes ¿Recibieron el Espíritu por las obras de la Ley, o por el oír con fe? (3) ¿Tan insensatos son? Habiendo comenzado por el Espíritu, ¿van a terminar ahora por la carne? (4) ¿Han padecido tantas cosas en vano? ¡Si es que en realidad fue en vano! (5) Aquél, pues, que les suministra el Espíritu y hace milagros entre ustedes, ¿lo hace por las obras de la Ley o por el oír con fe?

Rom 8:7-8 La mente puesta en la carne es enemiga de Dios, porque no se sujeta a la Ley de Dios, pues ni siquiera puede hacerlo, (8) y los que están en la carne no pueden agradar a Dios.

Rom 7:24 ¡Miserable de mí! ¿Quién me libertará de este cuerpo de muerte?

Gál 1:15-16 Pero cuando Dios, que me apartó desde el vientre de mi madre y me llamó por Su gracia, tuvo a bien (16) revelar a Su Hijo en mí para que yo Lo anunciara entre los Gentiles, no consulté enseguida con carne y sangre,

Gál 1:18 Entonces, tres años después, subí a Jerusalén para conocer a Pedro (Cefas), y estuve con él quince días.