Salomón describió la palabra del gran Pastor la cual hablan Sus mensajeros, como un aguijón. Ecl 12:11. Un aguijón es el extremo del bastón o vara de un pastor el cuál es afilado o puntiagudo. Un pastor usa el aguijón de la vara para punzar a las ovejas que van por su propio camino, para motivarlas a la obediencia. Notamos que el bastón de un pastor también puede ser usado como una vara para disciplinar a las ovejas, y como un garfio para rescatar a las ovejas que se encuentran en peligro y angustia debido a su desobediencia.
Jesús le dijo a Saúl en el camino a Damasco: “¿por qué me persigues? Dura cosa te es dar coces contra el aguijón“. Hch 26:14. Jesús lo confrontó con esta pregunta. Después de haber sido confrontado de esta manera por la palabra, Pablo escribió: “la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que cualquier espada de dos filos. Penetra hasta la división del alma y del espíritu, de las coyunturas y los tuétanos, y es poderosa para discernir (juzgar) los pensamientos y las intenciones del corazón. “. Heb 4:12-13. La palabra, como aguijón, es más cortante que cualquier espada de dos filos, incluso más que la espada del Espíritu.
La palabra atraviesa el corazón del oyente, revelando su condición engañosa y perversa. Jer 17: 9. Esta condición engañosa y perversa es la consecuencia de un principio fundamental del mal dentro de nosotros el cual Pablo describió como otra ley. Rom 7: 21,23. Es el deseo de seguir nuestro propio camino. Isa 53: 6. El propósito del aguijón es revelar la operación de la otra ley dentro de nosotros, para que podamos arrepentirnos de nuestro propio camino y caminar en el camino de la filiación (nuestra relación como hijos Suyos) que el Padre ha preparado para nosotros. Notamos, sin embargo, que la palabra del aguijón no remueve la otra ley de nuestro corazón. La otra ley sólo puede ser removida de nosotros a través de nuestra comunión en la circuncisión de Cristo.
Estudio: Hechos 2
Ecl 12:11 Las palabras de los sabios son como aguijones, y como clavos bien clavados las de los maestros de estas colecciones, dadas por un Pastor.
Jer 17:9 Más engañoso que todo, es el corazón, Y sin remedio; ¿Quién lo comprenderá?
Rom 7:21 , 23 Así que, queriendo yo hacer el bien, hallo la ley de que el mal está presente en mí. (23) pero veo otra ley en los miembros de mi cuerpo que hace guerra contra la ley de mi mente, y me hace prisionero de la ley del pecado que está en mis miembros.
Isa 53:6 Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, Nos apartamos cada cual por su camino; Pero el SEÑOR hizo que cayera sobre El La iniquidad de todos nosotros.