Convirtiéndose en un hijo de Dios
El evangelio de la filiación, de nuestra vida como hijos del Padre, es predicado a través de Cristo y sus mensajeros a las personas que no han conocido la salvación. Aquellos que escuchan la palabra acerca de volverse hijos de Dios deben primero venir a Cristo para recibir filiación. Cristo es la única puerta al Padre. Nadie puede venir al Padre sino a través de Cristo. Es Cristo quién le da a la persona el derecho de volverse un hijo de Dios.
A través de Cristo, una persona primero recibe redención, y después justificación. Entonces ellos son recibidos como hijos adoptivos por el Padre. Esto significa que ellos vienen a la posición de un hijo de Dios. Más específicamente, ellos son hijos del hombre quienes han comenzado a recibir, del Padre, el lavado de regeneración y renovación por el Espíritu Santo. Esto involucra la regeneración y renovación de su identidad natural, un proceso que debe continuar por el resto de su peregrinaje cristiano. A través del proceso de regeneración, el velo que cubre sus ojos espirituales impidiendo que vean las cosas del Espíritu, es removido. No solo esto sino que también son liberados del miedo a la muerte.
Aquellos que reciben la palabra de Cristo son dirigidos a ir al Padre para hacer nacidos una segunda vez. El padre entonces los hace nacer desde arriba a través de la incorruptible palabra de Dios. Esto ocurre cuando la semilla la palabra de Dios germina en el corazón regenerado de quién escucha. Su identidad natural regenerada (o espíritu humano) es nacida de nuevo y hecha espiritual. A través de este proceso de nacimiento, Dios Padre se ha convertido ahora en el Padre de su espíritu. Ahora son una nueva creación la cual es espiritual. Esto los hace hijos de Dios y primicias espirituales de la nueva creación. Han sido nacidos del agua. Jesús nos enseñó a orar “Padre nuestro que estás en el cielo santificado sea tu nombre”, no por el ejercicio de repetir la oración, sino por el hecho de que Él se ha convertido en nuestro Padre, el Padre de nuestra identidad.
Estudio Galatas 4
Referencias
Jua 10:9 “Yo soy la puerta; si alguno entra por Mí, será salvo; y entrará y saldrá y hallará pasto.
Jua 1:12 Pero a todos los que Lo recibieron, les dio el derecho (el poder) de llegar a ser hijos de Dios, es decir, a los que creen en Su nombre,
Jua 14:6 Jesús le dijo: “Yo soy el camino, la verdad y la vida; nadie viene al Padre sino por Mí.
Tit 3:5 El nos salvó, no por las obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino conforme a Su misericordia, por medio del lavamiento de la regeneración y la renovación por el Espíritu Santo,
2Co 3:16-17 Pero cuando alguien se vuelve al Señor, el velo es quitado.
(17) Ahora bien, el Señor es el Espíritu; y donde está el Espíritu del Señor, hay libertad.
Jua 3:3-8 Jesús le contestó: “En verdad te digo que el que no nace de nuevo no puede ver el reino de Dios.” (4) Nicodemo Le dijo: “¿Cómo puede un hombre nacer siendo ya viejo? ¿Acaso puede entrar por segunda vez en el vientre de su madre y nacer?” (5) Jesús respondió: “En verdad te digo que el que no nace de agua y del Espíritu no puede entrar en el reino de Dios. (6) “Lo que es nacido de la carne, carne es, y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es. (7) “No te asombres de que te haya dicho: ‘Tienen que nacer de nuevo.’ (8) “El viento sopla por donde quiere, y oyes su sonido, pero no sabes de dónde viene ni adónde va; así es todo aquél que es nacido del Espíritu.”
1Pe 1:23 Pues han nacido de nuevo, no de una simiente corruptible, sino de una que es incorruptible, es decir, mediante la palabra de Dios que vive y permanece.
Mat 6:9 “Ustedes, pues, oren de esta manera: ‘Padre nuestro que estás en los cielos, Santificado sea Tu nombre.