En el capítulo cuatro del libro del Apocalipsis, Juan registró que, estando en el Espíritu, contempló la administración del trono del Hijo en los lugares celestiales. Es importante reconocer que esta es la misma administración que Juan describió en el primer capítulo del libro de Apocalipsis. El único elemento nuevo de la visión en el capítulo cuatro es la adición de los veinticuatro tronos que se han establecido para el juicio. Estos tronos se establecerán inmediatamente antes del comienzo del tiempo del fin cuando el Cordero abre el libro de los siete sellos.
El principio del tiempo del fin es un indicador principal en la culminación del propósito de Dios en el cielo y en la tierra. La administración que Dios usará para cumplir Su propósito al final de la era, será la misma administración que fue establecida cuando Jesucristo ascendió en lo alto y dio dones a los hombres. La iniciativa básica de Cristo desde Su trono, continuará siendo a través del ministerio de los vivientes que están en y alrededor del trono. Observamos que el mandato de los vivientes iniciará y activará los acontecimientos que se cumplirán en el cielo y en la tierra cuando los primeros cuatro sellos sean abiertos por Cristo, que es el Cordero de Dios.
La visión de Juan revela que los cuatro seres vivientes pertenecen a Cristo, el Cordero de Dios, que está en medio del trono. En contraste con la administración angelical que estaba bajo el trono, los seres vivientes están en medio y alrededor del trono. El apóstol Pablo declaró que cada miembro del cuerpo de Cristo ha sido resucitado para sentarse con Cristo en los lugares celestiales. Esto está muy por encima de los principados y poderes del reino angelical. Evidentemente, los vivientes son parte de la administración que ha sido establecida por Dios en el cuerpo de Cristo.
Estudio: Apocalipsis 4
Referencias
Salmos 122: 5 Porque allí se establecieron tronos para juicio, Los tronos de la casa de David.
Dan 7: 9 Seguí mirando Hasta que se establecieron tronos, Y el Anciano de Días se sentó. Su vestidura era blanca como la nieve, Y el cabello de Su cabeza como lana pura, Su trono, llamas de fuego, Y sus ruedas, fuego abrasador.
Dan 12: 4 “Pero tú, Daniel, guarda en secreto estas palabras y sella el libro hasta el tiempo del fin. Muchos correrán de aquí para allá, y el conocimiento aumentará.”
Apo 5: 1-2, 6 En la mano derecha de Aquél que estaba sentado en el trono vi un libro (un rollo) escrito por dentro y por fuera, sellado con siete sellos. (2) Vi también a un ángel poderoso que anunciaba a gran voz: “¿Quién es digno de abrir el libro y de desatar sus sellos?” (6) Miré, y vi entre el trono (con los cuatro seres vivientes) y los ancianos, a un Cordero, de pie, como inmolado, que tenía siete cuernos y siete ojos, que son los siete Espíritus de Dios enviados por toda la tierra.
Efe 1:18-21 Mi oración es que los ojos de su corazón les sean iluminados, para que sepan cuál es la esperanza de Su llamamiento, cuáles son las riquezas de la gloria de Su herencia en los santos, (19) y cuál es la extraordinaria grandeza de Su poder para con nosotros los que creemos, conforme a la eficacia (la energía) de la fuerza de Su poder. (20) Ese poder obró en Cristo cuando Lo resucitó de entre los muertos y Lo sentó a Su diestra en los lugares celestiales, (21) muy por encima de todo principado, autoridad, poder, dominio y de todo nombre que se nombra, no sólo en este siglo sino también en el venidero.