Pablo fue nombrado por Cristo para ser el apóstol de los gentiles. Jesús explicó que el mandato de Pablo era abrirles “sus ojos a fin de que se conviertan de las tinieblas a la luz, y del dominio de Satanás a Dios, para que reciban, por la fe en Mí, el perdón de pecados y herencia entre los que han sido santificados.” El apóstol Pablo proclamó el evangelio de la filiación como ‘el misterio de Cristo’ en todo lugar. Sin embargo, también sacó a la luz y estableció ‘la dispensación del misterio’. Esta dispensación se refiere a la administración de iglesias candelabro que es adecuada para traer a muchos hijos a la gloria.
El libro de Hechos registra que Pablo fue santificado por el Espíritu Santo para su obra apostólica única y enviado desde Antioquía en su primer viaje misionero. Viajó con Bernabé y Juan Marcos. Juan Marcos regresó, pero Bernabé siguió viajando con Pablo. Es evidente que Bernabé era un apóstol, pero no tenía la misma gracia y mandato de revelación que el apóstol Pablo. En este primer viaje misionero, predicaron el evangelio de la filiación y establecieron iglesias en varias ciudades de toda la región de Galacia.
Pablo fue único en su ministerio como apóstol, predicador y maestro. Sus escritos fueron parte de las Escrituras, y su trabajo fue establecer la iglesia en el mundo de los gentiles. En su carta a los Corintios testificó que él, como sabio arquitecto, puso el fundamento de la administración de Jesucristo en todos los lugares. Este fue un mandato único. Desde ese momento, el trabajo de todos aquellos con gracia para los dones ministeriales de ascensión ha sido construir sobre la base que ya ha sido establecida por Pablo. La administración apostólica que está siendo restaurada en la iglesia en nuestros días, no debe suponer tomar el lugar de Pablo. En cambio, deben recibir sus instrucciones como las Escrituras, y asegurarse de que están construyendo de acuerdo con el patrón de administración que Pablo estableció.
Estudio: 1 Corintios 3
Referencias
Hch 26:16-18 ‘Pero levántate y ponte en pie; porque te he aparecido con el fin de designarte como ministro y testigo, no sólo de las cosas que has visto, sino también de aquéllas en que Me apareceré a ti. (17) ‘Te rescataré del pueblo Judío y de los Gentiles, a los cuales Yo te envío, (18) para que les abras sus ojos a fin de que se conviertan de las tinieblas a la luz, y del dominio de Satanás a Dios, para que reciban, por la fe en Mí, el perdón de pecados y herencia entre los que han sido santificados.’
Efe 3:8-9 A mí, que soy menos que el más pequeño de todos los santos, se me concedió esta gracia: anunciar a los Gentiles las inescrutables riquezas de Cristo, (9) y sacar a la luz cuál es la dispensación del misterio que por los siglos ha estado oculto en Dios, creador de todas las cosas.
2Pe 3:14-16 Por tanto, amados, puesto que ustedes aguardan estas cosas, procuren con diligencia ser hallados por El en paz, sin mancha e irreprensibles. (15) Consideren la paciencia de nuestro Señor como salvación, tal como les escribió también nuestro amado hermano Pablo, según la sabiduría que le fue dada. (16) Asimismo en todas sus cartas habla en ellas de esto; en las cuales hay algunas cosas difíciles de entender, que los ignorantes e inestables tuercen, como también tuercen el resto de las Escrituras, para su propia perdición (destrucción).
Rom 11:13-14 Pero a ustedes hablo, Gentiles. Entonces, puesto que yo soy apóstol de los Gentiles, honro mi ministerio, (14) si en alguna manera puedo causar celos a mis compatriotas (Israelitas) y salvar a algunos de ellos.
Gál 2:7-9 Sino al contrario, vieron que se me había encomendado el evangelio a los de la incircuncisión, así como Pedro lo había sido a los de la circuncisión. (8) (Porque Aquél que obró eficazmente para con Pedro en su apostolado a los de la circuncisión, también obró eficazmente para conmigo en mi apostolado a los Gentiles.) (9) Al reconocer la gracia que se me había dado, Jacobo (Santiago), Pedro (Cefas) y Juan, que eran considerados como columnas, nos dieron a mí y a Bernabé la diestra de compañerismo, para que nosotros fuéramos a los Gentiles y ellos a los de la circuncisión.