En su segundo viaje misionero, Pablo volvió a visitar las iglesias en la región de Galacia para ver qué gracia adicional había surgido entre ellos. Fue en este viaje que encontró a Timoteo. Reconociendo la gracia que Dios le había dado a Timoteo, Pablo decidió llevarlo como compañero de viaje. Comenzó a entrenar y guiar a Timoteo como parte de una administración apostólica. Cuando Pablo emprendió su tercer viaje misionero, esta administración apostólica incluía a muchos hombres. Pablo no solo viajó con estos hombres sino que también pudo dejarlos en ciertos lugares, o enviarlos a lugares específicos durante un período de tiempo, para establecer a los creyentes en la fe cristiana y para levantar administraciones.
Recordamos que, en la primera parte de su ministerio, Pablo personalmente estableció a los creyentes, esperó a que surgiera la gracia en los primeros frutos de los creyentes, designó ancianos y erigió administraciones. Sin embargo, al final de su ministerio, él había comprometido este trabajo a una administración apostólica. Pablo le escribió a Tito: “Por esta causa te dejé en Creta, para que pusieras en orden lo que queda, y designaras ancianos en cada ciudad como te mandé”. Pablo entrenó y fue mentor de una administración apostólica que lo reemplazaría y continuaría su ministerio durante toda la era de la iglesia.
En sus cartas a Timoteo y a Tito, encontramos las instrucciones de Pablo sobre cómo debería funcionar esta administración apostólica en la era de la iglesia. Les explicó cómo establecer las administraciones y las cualidades que estaban buscando en los supervisores y diáconos. Él los animó a no “imponer manos…con ligereza”. El patrón que Pablo confió a una administración apostólica fue abrir espacio para que los cristianos primicia (los que dan primeros frutos) demostraran, mediante la ofrenda, la naturaleza de la gracia de su ministerio. Él estaba buscando a aquellos que fueron aprobados a través de la ofrenda para comenzar a servir con los ‘talentos de gracia’ que habían recibido de Cristo. De esta manera, los ancianos y diáconos podrían ser identificados, y las administraciones establecidas.
Estudio: Tito 1
Referencias
Hch 15:36 Después de algunos días Pablo dijo a Bernabé: “Volvamos y visitemos a los hermanos en todas las ciudades donde hemos proclamado la palabra del Señor, para ver cómo están.”
Hch 16:1-3 Pablo llegó también a Derbe y a Listra. Y estaba allí cierto discípulo llamado Timoteo, hijo de una mujer Judía creyente, pero de padre Griego, (2) del cual hablaban elogiosamente los hermanos que estaban en Listra y en Iconio. (3) Pablo quiso que éste fuera con él, y lo tomó y lo circuncidó por causa de los Judíos que había en aquellas regiones, porque todos sabían que su padre era Griego.
2Ti 1:13 Retén la norma de las sanas palabras que has oído de mí, en la fe y el amor en Cristo Jesús.
2Ti 2:1-2 Tú, pues, hijo mío, fortalécete en la gracia que hay en Cristo Jesús. (2) Y lo que has oído de mí en la presencia de muchos testigos, eso encarga (confía) a hombres fieles que sean capaces de enseñar también a otros.
2Ti 3:14-15 Tú, sin embargo, persiste en las cosas que has aprendido y de las cuales te convenciste, sabiendo de quiénes las has aprendido. (15) Desde la niñez has sabido las Sagradas Escrituras, las cuales te pueden dar la sabiduría que lleva a la salvación mediante la fe en Cristo Jesús.
1Ti 5:22 No impongas las manos sobre nadie con ligereza, compartiendo así la responsabilidad por los pecados de otros; guárdate libre de pecado.