Un hijo de Dios solo puede multiplicar su mina por fe. Esto se debe a que la fe es la capacidad de ejercer la autoridad de nuestro nombre. Como Pablo explicó: “Y sin fe es imposible agradar a Dios. Porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que El existe, y que recompensa a los que Lo buscan”. Una persona agrada a Dios al ser la persona que Él nombró que fuera. La recompensa asociada con complacer al Padre, a través de la multiplicación de la mina, es la autoridad sobre las ciudades en los nuevos cielos y la tierra.
Pablo describió específicamente la capacidad de ejercer la autoridad de nuestro nombre como “una medida de fe” que Dios Padre asigna a cada persona, una vez que la persona ha recibido su nombre a través del proceso de nuevo nacimiento. Esta fe continúa viniendo a ellos “por fe y para fe”, a medida que continúan escuchando y recibiendo la palabra de Dios. Es evidente que una persona ha recibido fe de Dios cuando se presenta a sí misma para hacer las obras que están asociadas con su nombre. Como testificó el apóstol Santiago: “Te mostraré mi fe por mis obras”. Estas obras se llaman “la obediencia de la fe”.
Al hacer las obras de la filiación en la obediencia de la fe, se revela “la justicia de la fe”. La primera obra de la justicia de la fe es hablar. Una persona que se mantiene en la fe para hablar en la autoridad de su nombre, no está buscando el empoderamiento de los demás para un trabajo ministerial. Tampoco buscan funcionar según los modos del ministerio carnal. Más bien, una persona habla en la justicia de la fe porque la palabra que se les ha predicado está ahora en ellos; Está en su boca y en su corazón. Con esta fe, un hijo de Dios se presenta en la autoridad de su nombre, para tener comunión con sus hermanos.
Estudio: Romanos 10
Referencias
Heb 11:6 Y sin fe es imposible agradar a Dios. Porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que El existe, y que recompensa a los que Lo buscan.
Rom 12:3 Porque en virtud de la gracia que me ha sido dada, digo a cada uno de ustedes que no piense de sí mismo más de lo que debe pensar, sino que piense con buen juicio, según la medida de fe que Dios ha distribuido a cada uno.
Rom 1:5-6,17 Es por medio de El que hemos recibido la gracia y el apostolado para promover la obediencia a la fe entre todos los Gentiles, por amor a Su nombre; (6) entre los cuales están también ustedes, llamados de Jesucristo. (17) Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe, como está escrito: MAS EL JUSTO POR LA FE VIVIRA.
Rom 16:25-26 Y a Aquél que es poderoso para afirmarlos conforme a mi evangelio y a la predicación de Jesucristo, según la revelación del misterio que ha sido mantenido en secreto durante siglos sin fin, (26) pero que ahora ha sido manifestado, y por las Escrituras de los profetas, conforme al mandamiento del Dios eterno, se ha dado a conocer a todas las naciones para guiarlas a la obediencia de la fe,