A través de las palabras del profeta Isaías, Cristo, el Hijo del Hombre, describió su vestimenta como un manto de justicia que había recibido de Dios para hacer el trabajo para el cual había sido ungido. Él testificó, diciendo: “En gran manera me gozaré en el SEÑOR, Mi alma se regocijará en mi Dios. Porque El me ha vestido de ropas de salvación, Me ha envuelto en manto de justicia”. Dios es la fuente de esta justicia, la cual es revelada por aquellos que hacen las buenas obras que Dios preparó para ellos. Significativamente, las Escrituras enseñan que esta justicia perdura para siempre. Cuando Adán y Eva caminaron a la luz de la palabra de Dios e hicieron las obras que Él había nombrado para ellos, estaban participando en el cumplimiento de la voluntad de Dios y revelando Su justicia duradera.
Los hijos de Dios requieren mantos de justicia para hacer las obras que Su Padre ha preparado para ellos. Sin embargo, también son la evidencia de que las obras justas de Dios, que duran para siempre, se están cumpliendo. Cubrirse o vestirse con luz, implica estar equipado para hacer la voluntad del Padre, y también es el resultado de hacer las obras asociadas con nuestro nombre. Jesús amonestó a aquellos que escucharon sus enseñanzas a caminar en la luz, para que también pudieran convertirse en hijos de la luz. Las obras que una persona hace en esta época revelan su santificación como hijo de Dios. Estas obras resultan en vida eterna. Más específicamente, se convierten en los materiales de construcción de su cuerpo celestial, para luego convertirse en la gloria de su cuerpo espiritual en el día de la resurrección. Este cuerpo es su lugar de morada en el nuevo cielo y la nueva tierra. Paul describió el recibimiento de este cuerpo como ser vestido con, o ponerse, inmortalidad.
Estudio: Filipenses 3
Referencias
Isa 61:10 En gran manera me gozaré en el SEÑOR, Mi alma se regocijará en mi Dios. Porque El me ha vestido de ropas de salvación, Me ha envuelto en manto de justicia Como el novio se engalana con una corona, Como la novia se adorna con sus joyas.
2Co 9:9 Como está escrito: “EL ESPARCIO, DIO A LOS POBRES; SU JUSTICIA PERMANECE PARA SIEMPRE.”
Sal 112:9 Con liberalidad ha dado a los pobres; su justicia permanece para siempre; su poder será exaltado con honor.
Jua 12:36 Mientras tenéis la luz, creed en la luz, para que seais hijos de la luz. Estas cosas habló Jesús, y se fue y se ocultó de ellos.
Flp 3:8-9 Y aún más, yo estimo como pérdida todas las cosas en vista del incomparable valor de conocer a Cristo Jesús, mi Señor, por quien lo he perdido todo, y lo considero como basura a fin de ganar a Cristo, (9) y ser hallado en El, no teniendo mi propia justicia derivada de la ley, sino la que es por la fe en Cristo, la justicia que procede de Dios sobre la base de la fe.