El dilema de Adán no era solo que él era mortal y estaba muriendo porque estaba desconectado de la vida de Dios. Su desnudez comsistía en su desconexión de la palabra de su predestinación. Dios lo había predestinado a ser un hijo de Dios, para siempre. Sin embargo, debido a que estaba desconectado de su origen y de la fuente de sus obras justas como hijo de Dios, cuando su cuerpo mortal pereciera, no tendría cobertura eterna ni lugar de morada. Si bien su alma y espíritu existirían para siempre, no tendría cuerpo espiritual ni capacidad de expresarse en la presencia de Dios. Esto es lo que significa ser condenado a la destrucción eterna. La resurrección de juicio es una resurrección mortal en la que los condenados permanecen plenamente conscientes en un cuerpo corrupto. Sin embargo, no pueden expresar el dolor de su tormento, ya que el fuego de la presencia del Señor en el juicio arde para siempre en su contra.
Pablo llamó la atención a esta realidad cuando escribió: “Pues, en verdad, en esta morada gemimos, anhelando ser vestidos con nuestra habitación celestial; y una vez vestidos, no seremos hallados desnudos. Porque así mismo, los que estamos en esta tienda, gemimos agobiados, pues no queremos ser desvestidos, sino vestidos, para que lo mortal sea absorbido por la vida. Y el que nos preparó para esto mismo es Dios, quien nos dio el Espíritu como garantía”. Con esto en mente, Pablo recordó a sus lectores que “todos nosotros debemos comparecer ante el tribunal de Cristo, para que cada uno sea recompensado por sus hechos estando en el cuerpo, de acuerdo con lo que hizo, sea bueno (santificado) o sea malo (carnal)”.
Estudio: 2 Corintios 5
Referencias
2Ts 1:6-9 Porque después de todo, es justo delante de Dios que El pague con aflicción a quienes los afligen a ustedes. (7) Pero que El les dé alivio a ustedes que son afligidos, y también a nosotros, cuando el Señor Jesús sea revelado desde el cielo con Sus poderosos ángeles en llama de fuego, (8) dando castigo a los que no conocen a Dios, y a los que no obedecen al evangelio (las buenas nuevas) de nuestro Señor Jesús. (9) Estos sufrirán el castigo de eterna destrucción, excluidos de la presencia del Señor y de la gloria de Su poder,
Jua 5:28-29 “No se queden asombrados de esto, porque viene la hora en que todos los que están en los sepulcros oirán Su voz, (29) y saldrán: los que hicieron lo bueno, a resurrección de vida, y los que practicaron lo malo, a resurrección de juicio.
Isa 66:24 “Y cuando salgan, verán Los cadáveres de los hombres Que se rebelaron contra Mí; Porque su gusano no morirá, Ni su fuego se apagará, Y serán el horror de toda la humanidad.”
Dan 12:2 “Y muchos de los que duermen en el polvo de la tierra despertarán, unos para la vida eterna, y otros para la ignominia, para el desprecio eterno.
Apo 14:11 “El humo de su tormento asciende por los siglos de los siglos. No tienen reposo, ni de día ni de noche, los que adoran a la bestia y a su imagen, y cualquiera que reciba la marca de su nombre.”
Jua 14:2-3 “En la casa de Mi Padre hay muchas moradas; si no fuera así, se lo hubiera dicho; porque voy a preparar un lugar para ustedes. (3) “Y si me voy y les preparo un lugar, vendré otra vez y los tomaré adonde Yo voy; para que donde Yo esté, allí estén ustedes también.
1Co 3:9 Porque nosotros somos colaboradores en la labor de Dios, y ustedes son el campo de cultivo de Dios, el edificio de Dios.