Adán se escondió del Señor porque tenía miedo lo cual demostró que Adán también estaba avergonzado de él (su miedo). La confesión de Adán reveló que el miedo es algo de lo que toda persona caída se avergüenza y se esfuerza por mantenerlo oculto. Es un sentimiento privado que la persona trata de aliviar.
Vemos que la vergüenza no es simplemente las emociones de pena o arrepentimiento que se asocian con el comportamiento errante. La vergüenza es la consecuencia de la desconexión de una persona de la vida de Dios y su nombre predestinado, que solo se encuentran en comunión con Yahvé. Es la evidencia de que la humanidad ha perdido algo de manera cuantificable. Como tal, la vergüenza es un rasgo indeleble de la naturaleza humana caída. La gente está avergonzada por su pérdida de unidad con Dios y con los demás. Debido a que están avergonzados, los hombres y mujeres caídos se involucran en todo tipo de actividades para ocultar su miedo. Sin embargo, el miedo debería ser una verdadera motivación para el arrepentimiento, haciendo que se vuelvan al Señor para que puedan recibir Su palabra y ser reconectados con Él. En esta comunión, su desnudez puede abordarse adecuadamente. Como escribió el salmista: “Sea íntegro [completo; o tener integridad] mi corazón en Tus estatutos, Para que yo no sea avergonzado”.
De la misma manera que el miedo de Adán y Eva los motivó a esconderse del Señor, la vergüenza de una persona afecta la forma en que se relaciona con los demás. Algunas personas intentan ocultar su vergüenza alejándose de los demás, mientras que otras buscan compensar su vergüenza al buscar aceptación y seguridad en las relaciones sociales. Algunas personas evitan la mirada de los demás porque su mirada les recuerda su vergüenza y sus falencias, mientras que otras buscan la mirada, la atención y la aceptación de los demás como medio para obtener alguna forma de validación personal. La conducta de búsqueda de atención representa el esfuerzo concertado de una persona para recuperar su unidad perdida con otras personas, mediante la búsqueda de una conexión que neutralice el dolor de la vergüenza y la soledad.
Estudio: Salmo 25
Referencias
Gén 3:9 Pero el SEÑOR Dios llamó al hombre y le dijo: “¿Dónde estás?”
Sal 119:80 Sea íntegro mi corazón en Tus estatutos, Para que yo no sea avergonzado.
1Jn 2:28 Y ahora, hijos, permanezcan en El, para que cuando se manifieste, tengamos confianza y no nos apartemos de El avergonzados en Su venida.
Joe 2:27 Y sabrán que en medio de Israel estoy Yo, Y que Yo soy el SEÑOR su Dios Y no hay otro. Nunca jamás será avergonzado Mi pueblo.
Isa 33:14 Aterrados están los pecadores en Sion, El temblor se ha apoderado de los impíos. ¿Quién de nosotros habitará con el fuego consumidor? ¿Quién de nosotros habitará con las llamas eternas?