Cuando un líder funciona desde una posición caída, permanece en esclavitud a la ley del pecado. Sus acciones no pueden ser más que una proyección asociada a la imagen de sí mismos. Esta es la miserable condición en la que se encuentra el ministro o líder, si continúa viviendo según la otra ley. Cuanto más persigue lo que cree que es bueno, más practica el mal que no quiere hacer. Su pecado se vuelve excesivamente pecaminoso. Su condición secreta y pecaminosa puede incluso ser peor que la de aquellos que le confiesan. Esto aumenta su sensación de vergüenza, lo que hace que se aleje aún más de la verdadera comunión. Motivado por la vergüenza, trabaja más duro para lograr la buena imagen que desea para sí mismo. Además, intenta avanzar su proyección de sí mismo a través de actividades religiosas y el ministerio de la santidad legalista a otros.
Todos debemos reconocer que no es función del consejero dar la absolución o hacer que una persona se sienta mejor consigo misma después de una falta menor. Es para ayudar a un hermano o hermana a encontrar una perspectiva sobre cómo recuperar adecuadamente la relación con las personas que han sido afectadas por sus acciones pecaminosas. Aunque la confidencialidad es una expectativa legal para los consejeros religiosos, su propósito de mantener la confidencialidad no debe ser el de mantener el asunto oculto o mantener su posición de poder sobre las personas. En cambio, deben permanecer circunspectos en relación a estos asuntos, porque aceptan que los asuntos de pecado y las rupturas relacionales que están discutiendo con sus hermanos no son asunto de ellos. Son asunto de quien ha pecado y de las personas contra quienes han pecado. El consejero también mantiene la confidencialidad porque no es dado al chisme o habladurías.
Estudio : Mateo 23
Referencias
Esd 9:7 “Desde los días de nuestros padres hasta el día de hoy hemos estado bajo gran culpa, y a causa de nuestras iniquidades, nosotros, nuestros reyes y nuestros sacerdotes hemos sido entregados en mano de los reyes de estas tierras, a la espada, al cautiverio, al saqueo y a la vergüenza pública, como en este día.
Eze 44:13 “No se acercarán a Mí para servirme de sacerdotes, ni se acercarán a ninguna de Mis cosas santas, ni a las cosas santísimas, sino que cargarán su ignominia y las abominaciones que han cometido.
Dan 9:7 Tuya es la justicia, oh Señor, y nuestra la vergüenza en el rostro, como sucede hoy a los hombres de Judá, a los habitantes de Jerusalén y a todo Israel, a los que están cerca y a los que están lejos en todos los países adonde los has echado, a causa de las infidelidades que cometieron contra Ti.
Rom 7:19,23 Pues no hago el bien que deseo, sino el mal que no quiero, eso practico. (23) pero veo otra ley en los miembros de mi cuerpo que hace guerra contra la ley de mi mente, y me hace prisionero de la ley del pecado que está en mis miembros.