Nuestro llamado como hijos de Dios

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Nuestro llamado como hijos de Dios

Cuando percibimos la identidad de otra persona, podemos apreciar tanto su espíritu como las habilidades naturales con las que nació. Cada persona nace con identidad y habilidad; este es su nombre natural. Cuando una persona responde a la palabra que le es proclamada, su identidad comienza a ser regenerada y renovada por el Espíritu Santo. Está comenzando a ser espiritual. Su espíritu renace por la palabra del Padre cuando recibe su nombre como hijo de Dios y el Espíritu del Hijo como su vida. Luego, a través del bautismo, se une a la comunión de la ofrenda de Cristo. Habiendo nacido desde arriba, una persona recibe la autoridad de expresar su nombre como hijo de Dios. Jesús se refirió a esta autoridad como una ‘mina’. Las capacidades espirituales también se le agregan para que pueda cumplir las obras que Dios ha preparado para el o ella. Jesús se refirió a estas como ‘talentos’.

Es importante que entendamos que el nombre de una persona, su mina y sus talentos son dados por Dios de acuerdo con su llamado. La palabra “predestinación” describe el propósito de Dios para cada uno de nosotros, el cuál es, que seamos Su hijo. Cuando Dios nos revela Su propósito, podemos ver nuestro llamado.

El llamado de Dios es lo que Él ha escogido soberanamente, o elegido, para que cada persona sea y haga como Su hijo. Su llamado revela la naturaleza de la persona espiritual que Él pretende que sea. El llamado de Dios no depende de las capacidades naturales asociadas con la identidad de una persona. Pablo enfatizó que los elementos de competencia natural en los que el hombre pone su confianza no son parte de la elección de Dios. Dios ha escogido las cosas necias y débiles para avergonzar a los sabios y poderosos. Él hizo esto para que nos regocijáramos sólo en Su vida, y no en la fortaleza de nuestra carne.

Referencias                                                         Estudio : Efesios 1

Tito 3:4-5 Pero cuando se manifestó la bondad de Dios nuestro Salvador, y Su amor hacia la humanidad,  (5) El nos salvó, no por las obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino conforme a Su misericordia, por medio del lavamiento de la regeneración y la renovación por el Espíritu Santo,

1 Cor 1:26-27 Pues consideren, hermanos, su llamamiento. No hubo muchos sabios conforme a la carne (normas humanas), ni muchos poderosos, ni muchos nobles.  (27) Sino que Dios ha escogido lo necio del mundo para avergonzar a los sabios; y Dios ha escogido lo débil del mundo para avergonzar a lo que es fuerte.

1Pe 4: 10-11 Según cada uno ha recibido un don especial , úselo sirviéndose los unos a los otros como buenos administradores de la multiforme gracia de Dios.  (11) El que habla, que hable conforme a las palabras de Dios; el que sirve (que ministra), que lo haga por la fortaleza que Dios da, para que en todo Dios sea glorificado mediante Jesucristo, a quien pertenecen la gloria y el dominio por los siglos de los siglos. Amén.

1Co 12:28 Y en la iglesia, Dios ha designado primeramente, apóstoles; en segundo lugar, profetas; en tercer lugar, maestros; luego, milagros; después, dones de sanidad, ayudas, administraciones, diversas clases de lenguas.

By | 2018-05-08T05:15:25+10:00 May 8th, 2018|Daily Devotions|Comments Off on Nuestro llamado como hijos de Dios