Una gran nube de testigos

//Una gran nube de testigos

Una gran nube de testigos

Los hombres y mujeres del Antiguo Testamento que recibieron la palabra del Señor vivieron por la fe, la cual era la sustancia de la filiación en la que guardaban esperanza y que había sido prometida a Abraham. Heb 11: 1. Habiendo recibido la fe de Dios en Su palabra, habían visto la promesa de la filiación desde la distancia. Por fe creyeron la palabra de Dios y confesaron que eran extranjeros y peregrinos en la tierra. Tal confesión indicaba que estaban buscando un reino en el cual vivirían como ciudadanos de una ciudad celestial. Heb 11:13-16.

La esencia de su fe era evidente en su disposición de sufrir con Cristo. Ellos podían ver que la promesa de la eterna filiación sería obtenida a través del proceso por el cual Cristo resucitaría de la muerte del pecado. Heb 11: 35. Por ejemplo, Pablo contó que Moisés, por fe, “rehusó ser llamado hijo de la hija de Faraón, escogiendo más bien ser maltratado con el pueblo de Dios, que gozar de los placeres temporales del pecado. Consideró como mayores riquezas el oprobio de Cristo que los tesoros de Egipto, porque tenía la mirada puesta en la recompensa“. Heb 11:24-26.

Los hombres y mujeres que murieron en la fe por las promesas que estaban disponibles en Cristo eran “la nube de testigos” que regresaron de la muerte del pecado con Él. Heb 12: 1. Debido a que tenemos esta nube de testigos como un ejemplo de cómo debemos vivir y caminar como cristianos, Pablo dijo que debemos mantener nuestros ojos fijos en Jesús, quien fué el autor del camino de nuestra salvación de la muerte del pecado. Heb 12:2. En otras palabras, Pablo nos estaba exhortando a caminar con Cristo por este camino, para que progresivamente nos aferremos a la promesa de la filiación, por la cual los hombres y mujeres del Antigua Pacto murieron en fe. En este viaje, somos parte de la gran nube de testigos que están heredando el reino de los cielos que Cristo recibió después de Su muerte, sepultura y resurrección.

Estudio: Hebreos 11

Heb 11:1 Ahora bien, la fe es la certeza (sustancia) de lo que se espera, la convicción (demostración) de lo que no se ve.

Heb 11:13-16 Todos éstos murieron en fe, sin haber recibido las promesas, pero habiéndolas visto desde lejos y aceptado con gusto, confesando que eran extranjeros y peregrinos (expatriados) sobre la tierra. (14) Porque los que dicen tales cosas, claramente dan a entender que buscan una patria propia. (15) Y si en verdad hubieran estado pensando en aquella patria de donde salieron, habrían tenido oportunidad de volver. (16) Pero en realidad, anhelan una patria mejor, es decir, la celestial. Por lo cual, Dios no se avergüenza de ser llamado Dios de ellos, pues les ha preparado una ciudad.

Heb 11:24-26 Por la fe Moisés, cuando ya era grande, rehusó ser llamado hijo de la hija de Faraón, (25) escogiendo más bien ser maltratado con el pueblo de Dios, que gozar de los placeres temporales del pecado. (26) Consideró como mayores riquezas el oprobio de Cristo (el Mesías) que los tesoros de Egipto, porque tenía la mirada puesta en la recompensa.

Heb 12:1 Por tanto, puesto que tenemos en derredor nuestro tan gran nube de testigos, despojémonos también de todo peso y del pecado que tan fácilmente nos envuelve, y corramos con paciencia (perseverancia) la carrera que tenemos por delante,

Heb 12:2 puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, quien por el gozo puesto delante de El soportó la cruz, despreciando la vergüenza, y se ha sentado a la diestra del trono de Dios.

By | 2018-11-05T06:12:25+10:00 November 5th, 2018|Daily Devotions|Comments Off on Una gran nube de testigos