La verdadera piedad cristiana

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La verdadera piedad cristiana

Las Escrituras usan el término “piedad” para describir la cultura o el modo de vivir que debe caracterizar la vida de un hijo de Dios, de manera que sea aceptable ante Sus ojos. La piedad cristiana es la expresión de este modo de vida Es interesante notar que Ananías, el hombre a quien el Señor envió para ministrar a Pablo después de su conversión en el camino a Damasco, fue descrito como un cristiano piadoso o devoto. Hch 22:12. La piedad es más comúnmente definida como “devoción religiosa” o “reverencia”. Sin embargo, cuando se entiende desde la perspectiva, o doctrina, de lo que es aceptable a los ojos de Dios, la piedad es la cultura de estar conectado a la ofrenda y la circuncisión de Cristo.

En la comunión de la ofrenda y la circuncisión de Cristo, recibimos la vida de resurrección, que nos hace nacer de nuevo de entre los muertos. Estamos pasando de la muerte a la vida, y la vida de resurrección está en nosotros. Esto es porque hemos recibido la palabra de Cristo y creemos en Dios. Como dijo Jesús: “el que oye Mi palabra y cree al que Me envió, tiene vida eterna y no viene a condenación, sino que ha pasado de muerte a vida.” Jua 5:24.

Porque hemos pasado de muerte a vida, nuestro morir y nuestro vivir ahora son para la gloria de Cristo. Jesús reveló este principio cuando resucitó a Lázaro de entre los muertos. Esta fue también una característica de la recuperación de Pedro para la santificación en la orilla de Galilea. Habiendo llamado a Pedro para atender y alimentar a las ovejas de Su rebaño, Jesús le habló sobre la muerte con que iba a glorificar a Dios. Jua 21:15-18.

A través de Su ofrenda, Jesús reunió nuestra muerte – la muerte del pecado – en Su muerte. Cuando estamos unidos a Su muerte, estamos siendo liberados de la muerte del pecado y ahora nosotros revelamos Su muerte. Es por este medio que Jesucristo es glorificado, y todas las cosas – nuestro vivir y nuestro morir – están trabajando juntas para nuestro bien. Rom 8: 28.

Estudio: Romanos 12

Hch 22:12 “Y uno llamado Ananías, hombre piadoso según las normas de la Ley, y de quien daban buen testimonio todos los Judíos que vivían allí.

Jua 5:24 “En verdad les digo: el que oye Mi palabra y cree al que Me envió, tiene vida eterna y no viene a condenación (a juicio), sino que ha pasado de muerte a vida.

Jua 21:15-18 Cuando acabaron de desayunar, Jesús dijo a Simón Pedro: “Simón, hijo de Juan, ¿Me amas más que éstos?” “Sí, Señor, Tú sabes que Te quiero,” Le contestó* Pedro. Jesús le dijo: “Apacienta Mis corderos.” (16) Volvió a decirle por segunda vez: “Simón, hijo de Juan, ¿Me amas?” “Sí, Señor, Tú sabes que Te quiero,” Le contestó Pedro. Jesús le dijo: “Pastorea Mis ovejas.” (17) Jesús le dijo por tercera vez: “Simón, hijo de Juan, ¿Me quieres?” Pedro se entristeció porque la tercera vez le dijo: “¿Me quieres?” Y Le respondió: “Señor, Tú lo sabes todo; Tú sabes que Te quiero.” “Apacienta Mis ovejas,” le dijo Jesús. (18) “En verdad te digo, que cuando eras más joven te vestías y andabas por donde querías; pero cuando seas viejo extenderás las manos y otro te vestirá, y te llevará adonde no quieras.”

Rom 8:28 Y sabemos que para los que aman a Dios, todas las cosas cooperan para bien, esto es, para los que son llamados conforme a Su propósito.

By | 2018-11-21T06:00:01+10:00 November 21st, 2018|Daily Devotions|Comments Off on La verdadera piedad cristiana