¿Por qué es que tantos Cristianos todavía están bajo condenación cuando pecan? Es porque o no conocen, o no aceptan, la necesidad de unirse a la ofrenda de Cristo. Ellos ciertamente confiesan que Cristo murió por ellos, pero no creen que el camino nuevo y vivo, en el cual ellos han de andar, involucra su participación en la comunión de la ofrenda y los sufrimientos de Cristo. Las personas que viven de esta manera se juzgan a sí mismas como siendo justas o no, desde la base de su propia ley. Rom 7:23. Pablo dijo que las personas que se juzgan de esta manera se vuelven débiles en la fe y deprimidas, e incluso pueden llegar a estar espiritualmente muertas. 1Co 11:30. Pro 13:12.
No debemos juzgarnos a nosotros mismos de esta manera. El apóstol Pablo habló de un solo juicio que debemos hacer. Este juicio es impulsado por el amor de Dios que el Espíritu Santo derrama en nuestro corazón. Él dijo que si Cristo murió por nosotros, entonces debemos morir con Él en la comunión de Su ofrenda. En Él, estamos siendo aliviados de todos los otros juicios y estamos siendo habilitados para vivir para otros. 2Co 5:14.
La capacidad de obedecer al Señor es derramada en nuestro corazón por el Espíritu Santo. Rom 5:5. Debido a esto, somos capaces de amar al Señor y amar a los demás. Por este medio, la Ley de Dios se está cumpliendo en nosotros. Rom 8:3-4. Entender esto es de suma importancia. El hecho de que la otra ley sea removida de nosotros, o incluso que nuestro espíritu esté siendo sanado, no implica que tengamos la capacidad de cumplir la voluntad de Dios. Si esto fuera así, todavía estaríamos cumpliendo la voluntad de Dios a través de nuestros propios esfuerzos. En el Nuevo Pacto, el mismo Espíritu Santo es la expresión de la justicia de Dios en nosotros. ¡Esto debería ser un gran alivio para cada Cristiano y causa de una gozosa acción de gracias!
Estudio: Romanos 5
Rom 7:23 Mas veo otra ley en mis miembros, que se rebela contra la ley de mi espíritu, y que me lleva cautivo á la ley del pecado que está en mis miembros.
1Co 11:30 Por lo cual hay muchos enfermos y debilitados entre vosotros; y muchos duermen.
Pro 13:12 La esperanza que se demora enferma el corazón, Pero el deseo cumplido es árbol de vida.
2Co 5:14 Pues el amor de Cristo nos apremia (nos controla), habiendo llegado a esta conclusión: que Uno murió por todos, y por consiguiente, todos murieron.
Rom 5:5 Y la esperanza no desilusiona, porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por medio del Espíritu Santo que nos fue dado.
Rom 8:3-4 Pues lo que la Ley no pudo hacer, ya que era débil por causa de la carne, Dios lo hizo : enviando a Su propio Hijo en semejanza de carne de pecado y como ofrenda por el pecado, condenó al pecado en la carne, (4) para que el requisito de la Ley se cumpliera en nosotros, que no andamos conforme a la carne, sino conforme al Espíritu.