Castigados mientras hay esperanza

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Castigados mientras hay esperanza

Jesucristo, quien es “el Príncipe de Paz”, nos ministra la paz de Dios por medio del rocío de su sangre. Isa 9:6. En otras palabras, la paz de Dios sólo está disponible para nosotros cuando participamos en la ofrenda de Cristo. La paz de Dios se vuelve substancial para nosotros cuando apreciamos que nuestra vida, con todos sus éxitos y fracasos, y alegría y adversidad, es una comunión en la ofrenda de Cristo. Reconoceremos la paz de Dios “reinando en nuestros corazones” cuando las objeciones de nuestra carne, con respecto a las dificultades que experimentamos, sean silenciadas. Col 3:15. En lugar de objetar sobre las dificultades, nos encontraremos ofreciendo un sacrificio de acción de gracias ya que estamos participando en los sufrimientos de Cristo. Sal 50:23. De esta manera, nuestro testimonio cristiano se convierte en una expresión de la justicia de Dios.

Por “castigo” se entiende el “entrenamiento”, la “educación” o la “instrucción” que se aplica, en particular, a un niño que está madurando. Como ‘hijos’ de Dios, el Padre nos disciplina para remover la inmadurez y para fomentar una relación madura de filiación con nuestro Padre. Heb 12:7. Aprendemos del libro de Proverbios que Dios ‘castiga a sus hijos mientras hay esperanza, porque no desea su muerte’. Pro 19:18. El castigo del Padre es el sufrimiento que experimentamos cuando nos conducimos según la inmadurez de nuestra carne caída que no ha sido regenerada . Estas maneras malvadas de comportarse y relacionarse no traen el fruto de nuestra condición de hijos porque son proyecciones orgullosas motivadas por la iniquidad.

El Padre nos castiga porque “La necedad está ligada al corazón del niño [un hijo inmaduro de Dios], Pero la vara de la disciplina [castigo] lo alejará de ella”. Pro 22:15. El Padre desea que cada hijo produzca fruto maduro. Jua 15:8. ¡Él no desea que nuestra vida sea infructuosa, ni que nuestro fin sea la muerte eterna! Apo 3:19. Es por esta razón que Él nos disciplina. Él está alineando nuestro camino a la esperanza de justicia que Él ha puesto ante nosotros.

Estudio: Job 33

Isa 9:6 Porque un Niño nos ha nacido, un Hijo nos ha sido dado, Y la soberanía reposará sobre Sus hombros. Y se llamará Su nombre Admirable Consejero, Dios Poderoso, Padre Eterno, Príncipe de Paz.

Col 3:15 Que la paz de Cristo reine en sus corazones, a la cual en verdad fueron llamados en un solo cuerpo; y sean agradecidos.

Sal 50:23 El que ofrece sacrificio de acción de gracias Me honra; Y al que ordena bien su camino, Le mostraré la salvación de Dios.”

Heb 12:7 Es para su corrección (disciplina) que sufren (lo soportan). Dios los trata como a hijos; porque ¿qué hijo hay a quien su padre no discipline?

Pro 19:18 Disciplina a tu hijo mientras hay esperanza, Pero no desee tu alma causarle la muerte.

Pro 22:15 La necedad está ligada al corazón del niño, Pero la vara de la disciplina lo alejará de ella.

Jua 15:8 “En esto es glorificado Mi Padre, en que den mucho fruto, y así prueben que son Mis discípulos”.

Apo 3:19 “Yo reprendo y disciplino a todos los que amo. Sé, pues, celoso y arrepiéntete”.

By | 2019-02-01T07:00:56+10:00 February 1st, 2019|Daily Devotions|Comments Off on Castigados mientras hay esperanza