‘La paz de Dios’ no se refiere a la ausencia de conflicto en el mundo o a que estemos exentos a aflicciones personales. Jua 14:27. El apóstol Pablo describió esas dimensiones del sufrimiento como “comunes al hombre”, independientemente de que una persona sea salva o no. 1Co 10:13. En cambio, cuando hablamos de “paz”, estamos hablando de la ausencia de algo en nuestro corazón que esté en conflicto con la voluntad y el propósito de Dios para nosotros. Cuando somos egocéntricos, no podemos conocer la paz de Dios.
Sólo podemos permanecer dentro de las líneas de nuestra predestinación santificada cuando no hay otra ley en acción en nuestro corazón que haga guerra en contra de la guía del espíritu. Por esta razón, podemos entender la “paz” simplemente como “santificaciónn al propio nombre”. En otras palabras, no llegaremos a la paz mientras vivamos por nuestra propia ley y permanezcamos en contra de la voluntad de Dios. Rom 5:1.
Cuando nos encontramos con Jesús cara a cara y, gracias a la iluminación que este evento trae a nuestras vidas, entendemos la naturaleza de nuestro propio corazón, podemos recibir la paz de Dios. A pesar de sentirnos confrontados y expuestos a causa de nuestra iniquidad, encontramos que permanecer en Cristo es el contexto donde la paz de Dios puede gobernar en nuestro corazón. La paz de Dios es la resolución que encontramos cuando ponemos nuestra mente en el Espíritu. Reemplaza la agitación que inevitablemente experimentamos cuando tratamos de cumplir la voluntad de Dios de acuerdo a las iniciativas de nuestra egocéntrica carne.
Cuando la vida de Dios es ministrada a nosotros en el tercer rocío de la sangre de Jesús, aprendemos “el camino de la justicia” del que Cristo fue pionero para cada hijo de Dios. Con ánimo alentador, leemos en el libro de los Proverbios: “En la senda de la justicia está la vida, Y en su camino no hay muerte”. Pro 12: 28. Este es el punto clave; el castigo nos enseña la disciplina de caminar en el camino de nuestra filiación. Y este es el camino de la paz, santificado por el Espíritu Santo. Heb 12:11.
Estudio: Juan 16
Jua 14:27 “La paz les dejo, Mi paz les doy; no se la doy a ustedes como el mundo la da. No se turbe su corazón ni tenga miedo.
1Co 10:13 No les ha sobrevenido ninguna tentación que no sea común a los hombres. Fiel es Dios, que no permitirá que ustedes sean tentados más allá de lo que pueden soportar, sino que con la tentación proveerá también la vía de escape, a fin de que puedan resistirla.
Rom 5:1 Por tanto, habiendo sido justificados por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo,
Pro 12:28 En la senda de la justicia está la vida, Y en su camino no hay muerte.
Heb 12:11 Al presente ninguna disciplina parece ser causa de gozo, sino de tristeza. Sin embargo, a los que han sido ejercitados (adiestrados) por medio de ella, después les da fruto apacible de justicia.