Habiéndose unido a Jesús en la comunión de Su segunda herida, Pedro procedió a unirse a Cristo en la comunión de Su tercera herida. Como resultado, el rocío de la sangre de Jesús comenzó a ministrar la paz de Dios a Pedro. En la orilla del Mar de Tiberias, después de Su resurrección, Jesús abordó los temas de la inmadurez de Pedro. Fue aquí que Jesús restauró a Pedro llamándolo a cumplir las obras de su nombre, a caminar en santificación entre sus hermanos, y a la comunión en Su muerte. Jesús le dijo: “En verdad te digo, que cuando eras más joven [inmaduro] te vestías y andabas por donde querías; pero cuando seas viejo extenderás las manos y otro te vestirá, y te llevará adonde no quieras”. Ahora, Él dijo esto significando cual es la clase de muerte por la cual él glorificaría a Dios. Y habiendo dicho Esto, le dijo: “¡Sígueme! Jua 21:18-19.
Jesús usó esta conversación para resaltar la forma en la que Pedro debía proceder. Señaló que, en el egocentrismo inmaduro de Pedro (‘cuando eras más joven’), su forma de vida era independiente y enfocada en sí mismo. Pero, si Pedro recibera el castigo de Dios y madurara en su filiación (‘cuando seas viejo’), él podría proceder en comunión de fe y obediencia.
Cuando Pedro recibió esta palabra, también recibió la fe contenida en ella. Además de esto, el Espíritu Santo estaba derramando el amor de Dios en su corazón. Rom 5:5. Su fe, que ahora trabaja por amor, motivó a Pedro a unirse a la comunión de la ofrenda de Cristo. Gál 5:6. Esta era la “clase de muerte” que Jesús le estaba revelando a Pedro por medio de la iluminación. ¡Era la muerte de Cristo a través de la cual la justicia de Dios sería revelada en la vida de Pedro! Pedro iba a participar en la comunión de la muerte de Cristo, a través del castigo, y revelar la vida de Dios en su cuerpo mortal. Previamente, Jesús había dicho en la última cena “Me seguirás después”. Ahora, Él estaba ahora instruyendo a Pedro a la comunión en Su ofrenda con el mandato, ” ¡Sígueme! Jua 21:19. Jua 13: 36.
Estudio: Juan 21
Jua 21:18-19 “En verdad te digo, que cuando eras más joven te vestías y andabas por donde querías; pero cuando seas viejo extenderás las manos y otro te vestirá, y te llevará adonde no quieras.” (19) Esto dijo, dando a entender la clase de muerte con que Pedro glorificaría a Dios. Y habiendo dicho esto, le dijo: “Sígueme.”
Rom 5:5 Y la esperanza no desilusiona, porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por medio del Espíritu Santo que nos fue dado.
Gál 5:6 Porque en Cristo Jesús ni la circuncisión ni la incircuncisión significan nada, sino la fe que obra por amor.
Jua 13:36 “Señor, ¿adónde vas?” Le preguntó Simón Pedro. Jesús respondió: “Adonde Yo voy, tú no Me puedes seguir ahora, pero Me seguirás después.”