Todos tenemos que aceptar que nacimos con ciertas características naturales. Tenemos habilidades y tenemos límites. Nuestros límites no significan necesariamente que estamos en un callejón sin salida. Una persona inmóvil puede llevar una vida tan productiva como una persona que nunca se enferma. Puede que no encuentren sanación física, pero todavía pueden atener la plenitud de la cosecha de sus frutos como hijos de Dios gracias a que la sanación ha venido a su espíritu. Esta persona puede adorar a Dios en espíritu y en verdad, participando plenamente en la comunión de Cristo y sus hermanos, caminando en la voluntad de Dios. Jua 4:24.
Para ilustrar este punto, podemos recordar que alguien le hizo una pregunta a Jesús sobre el hombre que era ciego de nacimiento: “Rabí (Maestro), ¿quién pecó, éste o sus padres, para que naciera ciego?” Jua 9:2. Los discípulos estaban buscando la causa de la ceguera del hombre, creyendo que el culpable era algún pecado específico que alguien había cometido. Pero Jesús disipó esta idea: “Ni éste pecó, ni sus padres; sino que está ciego para que las obras de Dios se manifiesten en él”. Jua 9:3. Podemos ver el punto que Jesús estaba haciendo aquí. El propósito de Dios para usted y para mí es revelar Sus obras en nosotros – incluso a través de, o a pesar de, lo que consideramos como defectos horribles.
A medida que continuamos siendo sanados y recuperados en nuestro espíritu, encontramos cada vez más claridad con respecto a la expresión única de la vida de Cristo dentro de nosotros. Dios trabaja con la materia prima de cómo somos hechos-es decir, nuestro hombre natural. Pero también está comprometido a lidiar con la carnalidad en nuestro viejo hombre. Rom 6:5-6. Efe 4:22. Col 3:9. Él regenera a nuestro hombre natural y circuncida de nosotros a nuestro viejo hombre. Esto sucede en el camino de la participación individual en la ofrenda de Cristo a medida que hacemos sendas derechas para nuestros pies. Heb 12:13.
Estudio: Juan 9
Jua 4:24 “Dios es espíritu, y los que Lo adoran deben adorar en espíritu y en verdad.”
Jua 9:2-3 Y Sus discípulos Le preguntaron: “Rabí (Maestro), ¿quién pecó, éste o sus padres, para que naciera ciego?” (3) Jesús respondió: “Ni éste pecó, ni sus padres; sino que está ciego para que las obras de Dios se manifiesten en él.
Rom 6:5-6 Porque si hemos sido unidos a Cristo en la semejanza de Su muerte, ciertamente lo seremos también en la semejanza de Su resurrección. (6) Sabemos esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado con Cristo , para que nuestro cuerpo de pecado fuera destruido, a fin de que ya no seamos esclavos del pecado
Efe 4:22 que en cuanto a la anterior manera de vivir, ustedes se despojen del viejo hombre, que se corrompe según los deseos engañosos
Col 3:9 Dejen de mentirse los unos a los otros, puesto que han desechado al viejo hombre con sus malos hábitos
Heb 12:13 y hagan sendas derechas para sus pies, para que la pierna coja no se descoyunte, sino que se sane.