Hay muchos problemas físicos que pueden surgir en el curso normal de la vida de una persona. Una persona que nace asmática, o con mala vista, no tiene que considerarse como una víctima de su condición. Tampoco deberían estar comprometidos en una búsqueda interminable de alguna liberación mágica de la situación. Una respuesta madura a su situación le permitirá hacer sendas derechas para sus pies: hacer lo que es prudente sin que su condición le produsca ansiedad, ser proactivo pero no obsesivo con su salud. Heb 12: 12-13
A medida que el camino de la vida se estrecha, es tentador dar coces contra el aguijón de la mortalidad. Hch 26:14. El miedo a la muerte puede hacer que nos desanimemos o que nos embarquemos en la búsqueda de una solución a nuestro sufrimiento: nos lleva a “confiar en nosotros mismos”. Heb 2:14-15. Sin embargo, ¡la verdadera curación viene al comer del árbol de la vida! Apo 22:2. Una vez que sabemos que no podemos morir antes de nuestro tiempo, podemos entender cómo Dios es capaz de sostenernos, a veces milagrosamente, para que podamos cumplir las obras de nuestro nombre. Efe 2:10. A pesar de que a veces estamos bajo una presión extrema, no seremos aplastados ni destruidos.
La sangre que fue derramada de la cuarta herida de Jesús es una provisión maravillosa. No sólo somos sanados en áreas donde hemos sido heridos, o donde nos hemos hecho daño a nosotros mismos; sino que también somos sostenidos milagrosamente para que podamos caminar dentro de nuestra predestinación. Las pruebas y las dificultades de nuestra humanidad común, aunque a veces son difíciles, nunca tienen porqué impedirnos el hacer las obras que corresponden a nuestra santificación. ¡Esta es una noticia maravillosa! Jesús abarcó todos estos sufrimientos, y ahora no necesitan abrumarnos o desalentarnos. Podemos seguir viviendo en el hombre nuevo con absoluta confianza que el Señor suplirá todas nuestras necesidades. Flp 4:19.
Estudio: Salmo 139
Heb 12:12-13 Por tanto, fortalezcan las manos débiles y las rodillas que flaquean, (13) y hagan sendas derechas para sus pies, para que la pierna coja no se descoyunte, sino que se sane.
Hch 26:14 “Después de que todos caímos al suelo, oí una voz que me decía en el idioma Hebreo: “Saulo, Saulo, ¿por qué Me persigues? Dura cosa te es dar coces contra el aguijón.”
Heb 2:14-15 Así que, por cuanto los hijos participan de carne y sangre, también Jesús participó de lo mismo, para anular mediante la muerte el poder de aquél que tenía el poder de la muerte, es decir, el diablo, (15) y librar a los que por el temor a la muerte, estaban sujetos a esclavitud durante toda la vida.
Apo 22:2 en medio de la calle de la ciudad. Y a cada lado del río estaba el árbol de la vida, que produce doce clases de fruto, dando su fruto cada mes; y las hojas del árbol eran para sanidad de las naciones.
Efe 2:10 Porque somos hechura Suya, creados en Cristo Jesús para hacer buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviéramos en ellas.
Flp 4:19 Y mi Dios proveerá a todas sus necesidades, conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús.