La palabra de Dios es el pan de vida. En la última cena, Jesús tomó el pan, dio gracias, lo partió y lo entregó diciendo: “Esto es Mi cuerpo que por ustedes es dado; hagan esto en memoria de Mí.” Luk 22: 19. Este pan era la carne de Cristo que sus discípulos debían comer. Mat 26:26. Cristo estaba dándose a Sí mismo como alimento, o pan, para la participación de los discípulos en Su cuerpo.
Cada uno de los eventos que provocaron las heridas que Cristo soportó a lo largo de su viaje de ofrenda, fueron un punto donde Su cuerpo estaba siendo partido y Su carne estaba siendo dada a nosotros para que comiéramos. Es decir, las virtudes, o excelencias, de Cristo estaban siendo proclamadas y haciéndose disponibles para nosotros. 1Pe 2: 9. Estas incluyen Su diligencia, fe, virtud, conocimiento, dominio propio, perseverancia, piedad, fraternidad, y amor. 2Pe 1: 5-7. A medida que recibimos Su palabra, y caminamos en la comunión de Su ofrenda, éstas virtudes se convierten en nuestra posesión y se multiplican dentro de nosotros. Es de esta forma que somos hechos útiles y fructíferos en relación a la expresión de la palabra. 2Pe 1: 8.
El partir y comer del pan de vida – que es la palabra – nos identifica como parte del único cuerpo de Cristo. Como Pablo explicó, “Puesto que el pan es uno, nosotros, que somos muchos, somos un cuerpo; porque todos participamos de aquel mismo pan.’1 cor 10:17. La palabra, que es lo que comemos, define la cultura del cuerpo de Cristo. A medida que nos alimentamos de esta palabra, la cultura del cuerpo de Cristo se convierte en la cultura de nuestras vidas, individualmente, como hogares, y como una comunidad de creyentes.
El pan de vida revela la palabra que es espíritu. Cuando Jesús enseñó acerca de la necesidad de comer Su carne y beber Su sangre para tener vida eterna, explicó que las palabras que Él habla son espíritu y son vida. Jua 6:63. Su palabra como espíritu es el pan que debemos comer. Comer el pan significa que nos estamos volviendo espirituales.
Estudio: Juan 6:22-59
Mat 26:26 Mientras comían, Jesús tomó pan, y habiéndolo bendecido, lo partió, y dándoselo a los discípulos, dijo: “Tomen, coman; esto es Mi cuerpo.”
1Pe 2:9 Pero ustedes son linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido para posesión de Dios , a fin de que anuncien las virtudes de Aquél que los llamó de las tinieblas a Su luz admirable.
2Pe 1:5-8 Por esta razón también, obrando con toda diligencia, añadan a su fe, virtud, y a la virtud, conocimiento; (6) al conocimiento, dominio propio, al dominio propio, perseverancia, y a la perseverancia, piedad, (7) a la piedad, fraternidad y a la fraternidad, amor. (8) Pues estas virtudes, al estar en ustedes y al abundar, no los dejarán ociosos (ser inútiles) ni estériles en el verdadero conocimiento de nuestro Señor Jesucristo.
Jua 6:63 “El Espíritu es el que da vida; la carne para nada aprovecha; las palabras que Yo les he hablado son espíritu y son vida.