El aguijón y la espada en la iglesia

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El aguijón y la espada en la iglesia

En este tiempo, Cristo ha confiado el ministerio de la palabra, como aguijón y como espada, a un presbiterio que está en Su mano. Esta realidad fue demostrada a través de la interacción entre el apóstol Pedro y, Ananías y Safira.

De la misma manera que Judas había sido punzado varias veces por la palabra, Ananías y Safira, tuvieron varias oportunidades para arrepentirse y caminar en la verdad. El aguijón inicial de la palabra fue un llamado a la gente a que presentaran ofrendas de sus recursos para apoyar las necesidades de la congregación que florecía. Hch 4:33-35 Sin duda. en respuesta a la palabra, Ananías y Safira fueron provocados por el Espíritu a participar en la comunión de la ofrenda. Esto era de acuerdo a su nombre. Sin embargo, al igual que Judas, ellos amaban el dinero. Jua 12:4-6

Pedro dijo que aún cuando habían vendido la tierra, el dinero les pertenecía. Sin embargo, el aguijón de la palabra, a través del Espíritu, estaba revelando la corrupción de sus corazones. Ellos deseaban presentar ofrenda para hacer un buen espectáculo en la carne, mientras que simultáneamente, se procuraban una seguridad financiera. Fue en este punto que Satanás entró en sus corazones, motivándolos a mentirle al Espíritu Santo. Hch 5:3

Finalmente, al acercarse a los pies de los apóstoles, que era el lugar de juicio donde los ojos del Señor estaban escudriñando sus corazones, le mintieron a Pedro. Sin embargo, Pedro les dijo que no le habían mentido a los hombres sino a Dios. Hch 5:4 En este punto, es el mismo Cristo quien les da la estocada les quita la vida a través de la palabra que Pedro les estaba hablando. Así, ellos fueron enviados a su propio lugar por la espada de la palabra. Lo que fue proféticamente escrito en relación a Judas, se convirtió en una palabra profética hecha segura en relación a sus vidas.

Estudio: Lucas 12:35-53

Hch 4:33-35 Con gran poder los apóstoles daban testimonio de la resurrección del Señor Jesús, y había abundante gracia sobre todos ellos. (34) No había, pues, ningún necesitado entre ellos, porque todos los que poseían tierras o casas las vendían, traían el precio de lo vendido, (35) y lo depositaban a los pies de los apóstoles, y se distribuía a cada uno según su necesidad.

Jua 12:4-6 Y Judas Iscariote, uno de Sus discípulos, el que Lo iba a entregar (traicionar), dijo: (5) “¿Por qué no se vendió este perfume por 300 denarios (salario de 300 días) y se dio a los pobres?” (6) Pero dijo esto, no porque se preocupara por los pobres, sino porque era un ladrón, y como tenía la bolsa del dinero, sustraía de lo que se echaba en ella.

Hch 5:3-4 Pero Pedro dijo: “Ananías, ¿por qué ha llenado Satanás tu corazón para mentir al Espíritu Santo, y quedarte con parte del precio del terreno? (4) “Mientras estaba sin venderse, ¿no te pertenecía? Y después de vendida, ¿no estaba bajo tu poder? ¿Por qué concebiste (pusiste) este asunto en tu corazón? No has mentido a los hombres sino a Dios.”

By | 2019-03-22T06:09:12+10:00 March 22nd, 2019|Daily Devotions|Comments Off on El aguijón y la espada en la iglesia