En el primer servicio de comunión, Cristo y Sus discípulos, sin duda, habrían cantado Salmos como parte de la celebración de la Pascua. Muchos comentaristas están de acuerdo en que es probable que hayan cantado lo que se conoce como los “Salmos de Hallel”. Algunas académicos identifican el Hallel como los Salmos 115 a 118, mientras que otros indican un conjunto más expansivo de seis canciones extraídas de los Salmos 108 a 118. Sal 115:16-18. Sal 116:6-8. Estos salmos son canciones de la liberación y acción de gracias, que declaran proféticamente la ofrenda de Cristo. Habrían cantado: “La piedra que desecharon los edificadores Ha venido a ser la piedra principal del ángulo. Obra del SEÑOR es esto; Admirable a nuestros ojos. Este es el día que el SEÑOR ha hecho; Regocijémonos y alegrémonos en él”. Sal 118:22-24
Los evangelios de Mateo y Marcos registran que Jesús y los discípulos fueron al Monte de los Olivos después de concluir su cena de Pascua con el canto de un himno. Mat 26:30. Mar 14:26. Aunque las Escrituras no indican qué himnos cantaron, podrían haber sido los Salmos Mesiánicos del Hallel, que representaban el viaje de la ofrenda de Cristo. Aunque también pudieron haber cantado otros Salmos Mesiánicos. El Salmo 40, en particular, es una canción profética escrita por David, que describe todos los eventos de la ofrenda y sufrimiento de Cristo. Cristo estaba cantando este salmo mientras hacía cumplir Su contenido a través de Su ofrenda.
De esta manera, durante la Fiesta de la Pascua, Cristo proclamó el cántico del Señor. Cantó la canción del Señor desde el primer servicio de comunión, hasta que Su viaje terminó y expiró mientras estaba clavado a la cruz en el Calvario. Jesús nos llama a viajar con Él en la comunión de Su ofrenda. Él quiere que Su canción esté en nuestra boca. Aunque vamos a cantar exactamente lo que Él cantó, la canción será la expresión única de cada miembro individual del cuerpo de Cristo. Esto se debe a que cada miembro del cuerpo de Cristo tiene un nombre único. Col 3:16-17. Jua 10:3.
Estudio: Salmo 40
Sal 115:16-18 Los cielos son los cielos del SEÑOR, Pero la tierra la ha dado a los hijos de los hombres. (17) Los muertos no alaban al SEÑOR, Ni ninguno de los que descienden al silencio. (18) Pero nosotros bendeciremos al SEÑOR Desde ahora y para siempre. ¡Aleluya!
Sal 116:6-8 El SEÑOR guarda a los sencillos; Estaba yo postrado y me salvó. (7) Vuelve, alma mía, a tu reposo, Porque el SEÑOR te ha colmado de bienes. (8) Pues Tú has rescatado mi alma de la muerte, Mis ojos de lágrimas, Mis pies de tropezar.
Mat 26:30 Y después de cantar un himno, salieron hacia el Monte de los Olivos.
Mar 14:26 Después de cantar un himno, salieron para el Monte de los Olivos.
Col 3:16-17 Que la palabra de Cristo habite en abundancia en ustedes, con toda sabiduría enseñándose y amonestándose unos a otros con salmos, himnos y canciones espirituales, cantando a Dios con acción de gracias en sus corazones. (17) Y todo lo que hagan, de palabra o de hecho, háganlo todo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias por medio de El a Dios el Padre.
Jua 10:3 “A éste le abre el portero, y las ovejas oyen su voz; llama a sus ovejas por nombre y las conduce afuera.